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Spanish coffee

La ilusión de control

El paso dado por Íñigo Errejón se enmarca en una atribución apriorística que les hace anticipar un cierto éxito. Pero ninguna campaña electoral es sencilla

Publicado: 26/09/2019 ·
13:00
· Actualizado: 26/09/2019 · 13:01
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Autor

Juan Miguel Becerra Vila

Doctor en Pensamiento y Analisis Político. Consultor electoral y Director de SW Demoscopia

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Spanish coffee es un blog en el que el autor analiza la actualidad política del panorama nacional

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“Venimos a ser parte de la solución”. Con esta rotundidad fijó Íñigo Errejóneste miércoles el argumento principal que, presumiblemente, servirá para anclar su candidatura en los mares revueltos de la campaña para las elecciones del 10 de Noviembre. La inclusión de un sexto partido de ámbito nacional, pero con objetivos territoriales y quirúrgicos concretos, va a marcar sin duda alguna el devenir de la campaña. La tendencia a comportarse como si se pudiesen controlar sucesos deseables es un sesgo cognitivo muy recurrente entre nuestras élites políticas. La necesidad de control en los distintos escenarios en los que se desenvuelven los partidos políticos, y en concreto en el de las elecciones, favorece un mecanismo de protección conocido como ilusión de control.

El paso dado por Íñigo Errejón y por su equipo se enmarca en una atribución apriorística que les hace anticipar un cierto éxito y, por consiguiente, un cierto control de la situación a la que se enfrentarán en esta campaña electoral y en sus resultados. Pero ninguna campaña electoral es sencilla. Ninguna, y menos esta, con contingencias sin explorar aún, como la sentencia del procés que debería conocerse antes del 16 de octubre, apenas veinte días antes de que se abran las urnas. El vector inicial de esta campaña ha sido, y seguirá siendo al menos en estos primeros días, la culpabilización de determinados actores y su responsabilidad en el no acuerdo, en el no gobierno y en la repetición de elecciones. Pero a mediados de octubre el vector principal se trasladará a la situación en Cataluña tras la previsible dureza de la sentencia del Tribunal Supremo y la campaña se partirá y se focalizará en los dos grandes partidos, a un lado el PSOE, a otro el Partido Popular. En medio quedará la irrupción de Errejón y de su pragmatismo: “Si queréis que haya cambio no votéis lo mismo”.

La posición del PSOE se antoja arriesgada. Uno de cada siete votantes del PSOE de las pasadas elecciones puede votar a Más País en esta ocasión. Al menos uno de cada cinco de Unidas Podemos hará lo mismo. Errejón movilizará a un porcentaje importante de quincemayistas desilusionados ya antes del 28 de abril y un buen número de electores socialistas ilusionados ahora con el perfil pragmático y renovador encarnado en el fundador de Podemos y aún hoy diputado de la Asamblea de Madrid. El alcance de Más País es difícilmente medible hasta el próximo lunes 30 a las 14 horas, fecha tope para la presentación de candidaturas. En ese momento conoceremos cuán precisos han sido los cirujanos de Errejón y en cuantas provincias presenta candidatura y cuánto de ciertos han sido los análisis de los que apostaron por una repetición electoral. En todo caso hasta el 10 de noviembre no podremos saber si ha habido sobreconfianza en los juicios de probabilidad sobre los resultados que han de conocerse tras abrirse las urnas. Lo que suceda o vaya sucediendo en Cataluña, y el resultado positivo o el descuento negativo -por la pérdida del último escaño- que pueda tener o producir la candidatura de Errejón en algunas provincias, determinará si hubo o no ilusión de control a la hora de valorar estos eventos.

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