No ha transcurrido ni una semana desde que entraron en vigor las casi 300 plazas de estacionamiento regulado de la ampliación de la zona azul en el centro histórico, y los vecinos de este enclave ya han notado una considerable caída en la afluencia de vehículos. Si bien la repercusión no será real hasta septiembre, una vez que los jerezanos retomen la rutina y vuelvan a sus centros de trabajo tras las vacaciones, desde el miércoles en el seno de la asociación de vecinos Centro Histórico hablan ya de una bajada en la densidad del tráfico de hasta el 80 por ciento. Un balance que califican de positivo porque se aproxima a su reivindicado proyecto de peatonalización para el casco antiguo a medio y largo plazo.
“Han pasado pocos días pero lo que me cuentan los vecinos es que están contentos, se ha notado muchísimo, y esto quiere decir que mucha gente únicamente venía al centro histórico para aparcar, mientras que al mismo tiempo ahora los vecinos tienen su aparcamiento garantizado y va en la idea del proyecto de peatonalización que defendemos y queremos para este entorno”, señala el presidente del colectivo vecinal, Alejandro González.
De igual manera, a González le consta que los problemas que tenían con las tarjetas de residentes ya están casi solucionados ante la falta de señalización de las mismas. Tras denunciar irregularidades en la concesión de estos bonos por haberse repartido a conductores que no están empadronados o fuera de plazo, avisa de que piensan seguir vigilantes con este asunto y no están dispuestos a que en esta zona se dé la misma dinámica de Plaza Vargas.
“Allí hay muy pocos aparcamientos, y los vecinos tienen una lista de vehículos perfectamente identificados con tarjetas de residentes que aparcan allí y no son de la zona”, apunta. Un denuncia que han trasladado al Ayuntamiento sin que se hayan tomado medidas.
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