A mil kilómetros de distancia del embrollo soberanista catalán, Jerez también tiene su propio proceso independentista. Torrecera y La Barca, Entidades Locales Autónomas a 24 y 20 kilómetros de Jerez respectivamente, llevan años buscando decirle adiós a papá Ayuntamiento de Jerez para iniciar una nueva andadura por separado. Pero aunque la palabra ‘independencia’ esté sobre la mesa, en cada una de las pedanías recuerdan que sus casos son totalmente diferentes al catalán y que están contempladas en la ley. Es más, la segregación de Jerez se les antoja fundamental. “Si no lo logramos estamos abocados a desaparecer”, afirma Manuel Bertolet, alcalde de Torrecera. Más de 20 años después, en San José del Valle aún siguen celebrando su emancipación del Ayuntamiento matriz. “Fue como irnos de casa de nuestros padres”, dicen sus vecinos.
Sin embargo, ahora mismo los dos procesos de segregación se encuentran en punto muerto. El motivo no es otro que la ambigüedad que la Junta de Andalucía, en concreto la dirección general de la Consejería de Administración Local, ha visto reflejado en los acuerdos alcanzados en el pleno del Ayuntamiento de Jerez de septiembre de 2014, en el que se daba vía libre a que ambas pedanías iniciaran su proceso secesionista.
Como se recordará, hasta tres plenos se necesitaron para que tanto La Barca como Torrecera pudieran comenzar un camino que iniciaron en 2012. Los dos primeros se produjeron en 2013 y ya entonces la propia Consejería de Administración local advirtió que pedía del pleno un pronunciamiento expreso del acuerdo. Hasta septiembre de 2014 no se produjo el definitivo que aprobaba un nuevo inicio de las segregaciones, aunque tan solo con los votos favorables de PP e IU y las abstenciones de PSOE y Foro Ciudadano. De esta manera, tenía que ser el Ayuntamiento de Jerez el que tramitara de oficio estos expedientes de segregación, si bien parece que la literatura de la redacción no fue lo suficientemente clara y contundente para que la Junta pudiera darle un visto bueno que permitiera así continuar con el proceso.
Ni que decir tiene que esto ha provocado un cierto temor entre Torrecera y La Barca, que pueden ver así de nuevo ralentizado un sueño de independencia que consideraban factible, a más tardar, en 2017. De echar para atrás el Contencioso este proceso, el que mayores problemas tendría para iniciar de nuevo el expediente sería Torrecera a cuenta de su población. La cuestión es que esta ELA aprovechó en 2010 la aprobación de la ley 5/2010 de Autonomía Local de Andalucía, que no limitaba un número de habitantes, para iniciar el proceso de independencia. Posteriormente se aprobaría la ley estatal de Reforma Local que sí establecía un mínimo de población, en este caso de 5.000 habitantes, para que una ELA pudiera segregarse de su Ayuntamiento matriz. El hecho de que Torrecera iniciara su proceso antes de aprobarse esta ley no le afectó, pero ahora, con sólo 1.300 vecinos censados, de tener que comenzar otra vez el proceso tendría que esperar a que el nuevo gobierno salido de las elecciones generales derogara o modificara la ley.
En el caso de La Barca de la Florida su población ronda los 5.000 habitantes, pero desde el Consistorio pedáneo están seguros de que muchos barqueños que se marchan a trabajar fuera y que no están censados en el pueblo podrían hacerlo, con lo que se llegaría a alcanzar esa cifra sin mayores problemas.
Aun a la espera de acontecimientos, desde ambas ELA son optimistas ya que consideran que sus expedientes reflejan a la perfección todo lo que se le exige a todo municipio independiente. Ambos han sido elaborados por una consultoría malagueña especializada en procesos de segregación y de hecho, los expedientes de los últimos municipios independizados, caso de Dehesas Viejas (Granada) y Montecorto (Málaga) pasaron por sus manos.
Sin embargo, no tan claro lo ve el secretario general de la Federación Andaluza de Entidades Locales Municipales (FAEM), Miguel Martínez, que no quiere pensar que el Ayuntamiento de Jerez haya podido influir en esta paralización de los procesos de La Barca y Torrecera. “El Ayuntamiento no aprobó bien o no estaba claro el acuerdo. Está claro, como dice la ley, que hay que iniciarlo sin eufemismos o terminología que induzca a error y esto ya tuvo un retraso porque hubo que volver a retocar ese acuerdo de pleno. No sé si el Ayuntamiento se equivocaría deliberadamente o por error humano, quiero pensar que es lo segundo, pero es que en Jerez ninguno de los ayuntamientos democráticos ha querido que nadie se segregue, prueba es que siempre ha tenido a sus pedanías fritas, a ninguna las ha tratado como se merece”.
De la misma manera, apunta a los cambios en el gobierno autonómico como otra de las causas que han hecho que el proceso esté en ‘stand by’. “Con IU gobernando con el PSOE y estando al frente de la Consejería de Administración Local es cuando se han producido la inmensa mayoría de las segregaciones de los últimos 20 años. Ahora eso ha cambiado y la consejería vuelve a estar en manos del PSOE”, afirma Martínez, que considera que, en este sentido, “la Junta no ayuda mucho y no brilla por el cumplimiento razonado de los expedientes que se les van presentando. Si el sentir mayoritario del pleno de Jerez era segregar, tampoco hay que ponerle tantas pegas a la terminología utilizada”.
Otro de los problemas que encuentra el secretario general de la FAEM es la cantidad de organismos de la Junta por la que tienen que pasar los expedientes, además de por el Consejo Consultivo de Andalucía que, si bien su decisión no es vinculante, “la Junta no aprueba nada si no le da el visto bueno”. En este sentido, afirma que el Consejo Consultivo “suele estar en contra de las segregaciones y pone pegas acogiéndose a conceptos jurídicos indeterminados”.
De momento a Torrecera y La Barca les toca esperar, y podrían esperar mucho. Desde el Ayuntamiento, la propia delegada de Medio Rural, Carmen Collado, afirma que en el gobierno “ni nos hemos planteado este tema ni lo vamos a valorar aún, porque es un asunto complejo. De momento hay que revisar el estatuto regulador de las ELA y meternos en esto es difícil, porque tenemos otras prioridades ahora mismo”.
Antonio González Carretero: “La independencia fue como si un joven se emancipa de casa de sus padres”
Corría un 28 de marzo de 1995 y en la parroquia de San José repicaban las campanas como hacía tiempo no lo hacían, mientras que en diferentes altavoces una frase llenaba a todos de alegría: “Somos independientes”.
San José del Valle fue la última ELA segregada de Jerez, de eso hace ya más de 20 años, pero en el hoy municipio aún recuerdan aquellos años de reivindicación.
“Aquí Pacheco hizo horrores”, afirma en su barbería de la calle Cristóbal Colón José María Fernández Pazos, alias Requena. Él fue parte directa de ese proceso ya que formó parte de las comisiones de segregación. Entre sus utensilios de afeitar y su vieja silla de peluquero, Requena saca orgulloso de un armario una copia del expediente presentado por entonces a la Junta así como el bando del por entonces alcalde, José María García, anunciando la independencia del Valle.
A escasos 100 metros de la barbería, en su despacho del Ayuntamiento, el actual alcalde, Antonio González Carretero (PSOE), considera que la independencia supuso para su pueblo “como la emancipación de un joven de casa de su familia: tiene que aprender de todo y rápido, pero a la vez tiene sus propios medios, su propia autonomía, su propia financiación y sobre todo nos sitúa en el mapa”.
González recuerda que El Valle ahonda sus raíces en 1695, por lo que “independientemente de que nos sintamos orgullosos de ser vecinos de Jerez, los vallenses nunca nos hemos sentido jerezanos, tenemos esa idiosincrasia. Tenemos nuestra propia seña de identidad, nuestra propia historia y de hecho hemos evolucionado y crecido en otros sentidos. Teníamos méritos suficientes para ser independientes”.
Alejandro López: “Cumplimos todo lo que nos pide la ley”
En La Barca, su alcalde está plenamente convencido de que esta vez sí cumplen con la ley, por lo que no esperan que el proceso se caiga tal y como pasó durante la etapa en la alcaldía de Roque Valenzuela. Además señala que en la ELA todo el mundo se considera barqueño y no jerezano. “En su día se hizo un referéndum y más del 90 por ciento pidió la independencia”, algo que achaca “a que los gobiernos en Jerez no se vuelcan con nosotros”. Así, remarca que “el día a día es muy difícil. Con lo que estamos recibiendo sólo tenemos para pagar la nómina y poco más y eso nos obliga a eliminar o reducir al máximo diferentes actividades en el pueblo”.
Manuel Bertolet: “Siempre hemos tenido sentimiento de pueblo”
Para el alcalde pedáneo, que Torrecera quiera ser independiente no es flor de un día. “La principal singularidad de Torrecera es la propia identidad que tenemos como pueblo, quizás fruto de que estemos a 24 kilómetros y que venir a Jerez en ocasiones sea una odisea”. Además, recuerda el maltrato al que se ven sometidos sistemáticamente por parte del Ayuntamiento matriz. “La última vez que nos sentamos e hicimos un tanteo de la deuda rondaba los 300.000 euros”. Destaca sobre todo el presupuesto que le correspondería a Torrecera de ser municipio independiente. De los 360.000 euros anuales que recibe actualmente de Jerez, pasaría a ingresar en torno a 1.200,000 euros.
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