El PSOE firmó hace un año un pacto con IU para asegurar la estabilidad en el municipio merced a la incorporación de la federación de izquierdas al equipo de Gobierno. Si bien IU coqueteó con respaldar una moción de censura propuesta por el PA, su paso atrás no permitió que la estrategia saliera adelante.
Esta situación se produjo tras la sustitución de Alonso Rojas al frente de la Alcaldía, tras la dimisión de éste después de la inhabilitación dictada por la Audiencia Nacional por el caso Dytras. Esta salida facilitó a la incorporación de IU al gobierno municipal.
Sin embargo, la anhelada estabilidad se ha revelado doce meses después como inalcanzable con la nueva alcaldesa, Ángeles Ariza, a la cabeza. La regidora marcó las distancias desde un primer momento con el resto de su equipo de Gobierno y ahora siete ediles socialistas se enclavan en el denominado sector crítico que ha solicitado la sustitución de la primera edil.
Estas diferencias pasaron de ser privadas a públicas poco después, lo que generó una brecha dentro del PSOE que ha desgastado la imagen socialista en el municipio. Esta situación obligó al secretario general del PSOE en Cádiz, Francisco Cabañas, a intervenir el otoño pasado y lograr un acuerdo de mínimos entre ambas parte que cerrara la sangría de votos.
Con todo, esta mediación, lejos de resolver la situación, enconó aún más a las partes en cada trinchera.
Pocos meses después comenzaron los retrasos en los pagos a los empleados municipales que han supuesto otro duro desgaste para la imagen de Ariza y del PSOE. Entonces la situación volvió a estallar y el funambulismo de Cabañas no resultó suficiente para equilibrar a ambas partes.
Tras la presión sindical y pública por los impagos a los trabajadores del Consistorio, el partido regional se vio obligado a intervenir. Sin embargo, después de darle a Ariza varios plazos, la regidora mantiene firme su deseo de permanecer en la Alcaldía.
Con todo, la agrupación local ha mostrado claramente que no respaldará la candidatura de la regidora como cabeza de lista en los próximos comicios. Así, mientras se espera que en estos días, según el último plazo dado por el PSOE, la alcaldesa dimita al asegurar que pondría su cargo a disposición del partido, se barajan otros nombres que encabezarían la candidatura socialista. Entre ellos sobresale la figura del edil Juan Montedeoca, antiguo presidente de la Mancomunidad de Municipios, que podría recabar los apoyos necesarios dentro de la agrupación local que sigue dirigiendo Alonso Rojas.
Alternativa
Tras la fallida sucesión de Rojas, el mayor beneficiado políticamente ha sido el Partido Andalucista. Su cabeza de lista para las próximas elecciones, Jorge Romero, observa como los socialistas se enfrascan en guerras internas mientras que el cansancio político favorece su candidatura como alternativa.
La intención de Romero es la obtener una mayoría suficiente que le permita gobernar. Así, todo parece indicar que en las próximas elecciones se producirá un vuelco electoral que propicie la llegada del candidato andalucista a la Alcaldía.
A pesar de todo, desde el PA no se confía en tenerlas todas consigo, con lo que la próxima campaña electoral se antoja cruda en los debates que el andalucista Romero se enfrente al todavía desconocido candidato socialista.
En cuanto al PP, y a su candidato David Gil, se espera que pueda beneficiarse de la caída socialista y el desgate que sufre el partido por la crisis económica a nivel nacional. Por contra tendrá que superar el hecho de que su ex presidente local anunciara en noviembre de 2007 su intención de dimitir y entregar el acta de concejal al partido y sin embargo se quedase, pasando a engrosar la filas del grupo mixto.
Mientras, la posición de IU peligra debido a que su concejal, José Tocón, se sumó al equipo de Gobierno por mor de una pacto provincial de no agresión entre PSOE e IU, que le llevó a dejar la bandera del cambio. Sin embargo podría verse beneficiado de la fuga de votos a la izquierda si el PSOE finalmente cae.
Por último, el ex alcalde Miguel Domínguez Conejo anunció recientemente su intención de concurrir a las elecciones con PIBA 2000, cuya incidencia en los comicios no se puede calibrar.
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