Tanto él como Guillén se encuentraban a la espera de que les confirmasen la existencia de plazas en el vuelo de las 21.00 (hora local y GMT) con destino a Las Palmas de Gran Canaria, tras haber estado retenidos en las dependencias de la Gendarmería del aeropuerto cerca de seis horas.
Según el documentalista, que desconoce el paradero de Haidar, los agentes les acusaron de grabar instalaciones no permitidas, les requisaron el material e interrogaron sobre el objetivo de ese documental, centrado en la activista saharaui.
Ambos periodistas habían acompañado desde Las Palmas a Haidar, que volvía a El Aaiún después de recibir en Nueva York el Premio Coraje Civil 2009 de la Fundación Train, y su intención era “grabar el regreso y más adelante ver si podíamos pedir algún permiso” para continuar.
En cuanto pisaron la escalerilla del avión con la cámara en mano, según su relato, los gendarmes “llegaron corriendo y pararon al cámara”, y posteriormente, una vez en la terminal, les retuvieron a él y a Haidar, a la que no ha vuelto a ver desde que acabó su interrogatorio.
El trato de los agentes “fue correcto”, asegura Barbadillo, pese a que hubo momentos de “más tensión” cuando les preguntaron si estaban financiados por alguna organización, con la intención de averiguar si su trabajo “estaba orquestado”.
El documentalista agradeció las gestiones de las autoridades consulares en el país, e indicó que pese a que les han requisado parte del material tienen pensado continuar ese documental, que realizan de manera independiente y cuyo título previsto es Con el viento de cara.
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