Así lo adelantó ayer en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, quien ha reconocido la “gran responsabilidad” a la que se enfrenta España en el primer semestre de 2010, ante la Presidencia de la UE, y, en especial, en el actual contexto histórico, social, político y económico.
Moratinos destacó la “exigencia” que para el Gobierno va a suponer esta Presidencia, pero también aseguró que será “un reto” el intentar “dejar huella” y “marcar” una tendencia de “vocación europeista” entre los ciudadanos y, sobre todo, entre los españoles, a los que pidió que vivan esta Presidencia “en primera persona”.
En la clausura del curso La Presidencia de la UE en el marco de la política exterior española, que ha dirigido en la UIMP el ex presidente del Parlamento europeo Josep Borrell, Moratinos reconoció el “papel decisivo” que va a tener España en el primer semestre de 2010 para marcar la estrategia europea de cara a la crisis económica y financiera, además de que, confió, entrará en vigor el Tratado de Lisboa.
Por ello, insistió en que esta Presidencia de España en la UE va a ser “diferente” a las otras tres que han correspondido al país, ya que habrá que intentar establecer, ha dicho, “qué modelo social y económico quiere la Europa del siglo XXI”.
El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, aseguró que una Europa con “mayor peso y mayor capacidad de actuación en el contexto internacional” requiere fijarse como objetivo la innovación, pero no sólo la referida a las tecnologías, sino una innovación social y cultural, definida como “nueva ambición”.
El ministro de Asuntos Exteriores cree que Europa necesita “mirar al siglo XXI con una nueva ambición”, que debe implicar a los ciudadanos europeos de cara a “cambiar y mejorar su vida y su futuro”.
Pero también incidió en la importancia de la igualdad, un concepto en el que opinó que Europa no ha avanzado tanto, en estos años, como lo ha hecho España.
Miguel Ángel Moratinos señaló que la Unión Europea (UE) debe reforzar el concepto de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, por lo que España promoverá, durante su Presidencia, la creación de un Observatorio europeo de lucha contra la violencia de género, o la elaboración de un estatuto de igualdad entre hombres y mujeres.
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