La de ayer fue la primera de las seis sesiones en las que se desarrollará el proceso. Declararon 20 de los acusados, de los que cuatro se acogieron a su derecho de no hacerlo. La mayoría reconoció haber participado en la protesta convocada para ese día, en febrero de 2002, contra la LOU, pero negaron haber roto alguna de las puertas, cuyo arreglo ascendió a 57.000 euros, según al Ministerio Fiscal.
Uno de los estudiantes alegó que durante la protesta estaba realizando un examen en la antigua facultad de Relaciones Laborales. Según su relato, su implicación se pudo deber a que a su paso por la Puerta de Jerez fue identificado por la Policía Nacional. Otro imputado negó los hechos y explicó que sólo se acercó al lugar por “curiosidad”, mientras realizaba un descanso durante su mañana de estudio porque “por la tarde tenía un examen”.
Decenas de personas se concentraron durante a las puertas del juzgado para apoyar a los imputados, la mayoría estudiantes hace diez años. El juicio se reanudará mañana miércoles, con el testimonio de los guardias de seguridad, que según el fiscal, fueron agredidos. Los imputados acusaron a la seguridad del Rectorado de vaciar los extintores para que no pasaran, lo que creó “el caos”.
Cinco de los imputados ya fueron condenados por la propia Hispalense, que los expulsó durante cinco años. “Casualmente a los que eran portavoces”, denunció su abogado ante la jueza.
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