Si la semana pasada denunciamos la calamitosa gestión que se ha llevado a cabo con el aparcamiento subterráneo de Pozos Dulces y su cateta visión de lo que la ciudad necesita para volver a engancharse al carro de las oportunidades, en esta se remata con la deplorable realidad que nos ha tocado vivir en una languideciente legislatura que lastra no ya el presente, sino también el futuro.
Bien nos vamos a acordar de las andanzas del todavía equipo de Gobierno y bien que lo vamos a pagar con el paso del tiempo. Resulta que después de 15 años reclamando un centro de salud, sí, una infraestructura que se suplicó a la Junta de Andalucía por activa y por pasiva, y cuando las obras concluyen, el mismo día se oye con una genuflexión inaudita y dando por bueno el ninguneo continuado que las distintas administraciones le han dado a El Puerto.
Sus todavía máximas autoridades se plantaron en Madrid de oyentes, a confirmar lo que todos ya habíamos advertidos que iba a suceder: que encima hay que adelantar el dinero para urbanizar, dignificar, el entorno. Eso sí, ya se encargaron los altavoces oficialistas de hacer bueno el encuentro al “asegurarse” que esos 300.000 euros se iban a cobrar. ¿Cuando? ¿Quién los reclamará? ¿A quién?
Nos tememos que el Centro de Salud de la Zona Norte ‘Ángel Salvatierra’ se va a convertir en otra víctima más de este equipo de Gobierno decrépito y desautorizado. Y que habrá que esperar demasiados meses hasta por fin verlo abierto.
Ahora, como toca, no se señala con el dedo cínico a la herencia dejada por la defenestrada Junta. Es inaudito que volvamos a chocar con la cruda realidad de proyectos inacabados o con problemas eternos. Pozos Dulces, Cuvillo, Casa de la Cultura... un sin fin de mentiras y de ineptos. ¿El Puerto? “se está recuperando”.
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