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El Puerto Cofrade

La Veracruz, más de 500 años de historia

Medalla de oro, quizás el Crucificado de la Veracruz no despierte tanta devoción, pero una hermandad que ha cruzado el medio milenio, 510 años, y que sigue completamente viva, merece por esa trayectoria tal distinción

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  • VERA CRUZ AÑOS 30

No es la primera  ni será la última vez que solicite desde una tribuna la concesión de la medalla de la ciudad a esta corporación, a la que pertenezco sea dicho.
Sé que los aires que corren por la Plaza de Isaac Peral no sean los mas propicios para tal concesión. Ya públicamente hace unos años siendo alcalde de la ciudad mi querido e inolvidable amigo Fernando Gago hubo un atisbo para que se iniciara el proceso, pero por diversos motivos todo quedó en saco roto.
Hace unos meses se le concedió esta misma distinción a la Hermandad del Nazareno con todo merecimiento por su gran labor social y por el arraigo y devoción que despierta el Señor de El Puerto; quizás el Crucificado de la Veracruz no despierte tanta devoción, pero una hermandad que ha cruzado el medio milenio, 510 años  y que sigue completamente viva merece por esa trayectoria tal distinción.
Lo sorprendente es que Veracruz sigue rebosante de vida y trabajando intensamente con una Junta que se preocupa de algo fundamental como es la cantera, una Junta que ha hecho de aquellas habitaciones ubicadas en la Parroquia una verdadera Casa de Hermandad.
La historia de la Veracruz en estos 510 años ha sido, como no podía ser de otra forma, una vida azarosa, han conocido guerras de todo tipo, cambios de regímenes políticos, epidemias, calamidades, etc. pero Él sigue ahí, acompañándonos en su retablo que realizara Ovando por los años 40.
Desgraciadamente  hay poco conservado de esta azarosa historia como es una constante en las hermandades de nuestra ciudad, debido a los distintos expolio acaecidos durante la historia, no solo debido a guerras y otras calamidades, sino a expolio de otro tipo, los que denomino de tipo familiar y quien me quiera entender que me entienda.
Lo cierto es que la Hermandad tiene dos épocas bien diferenciadas: desde sus inicios allá por el siglo XVI, sus continuos traslados en siglos posteriores hasta su ubicación en la capilla propia que labró la Hermandad en el cruce de las calles Palacios y Nevería, la denominada capilla de la Sangre.
La segunda época corresponde a su traslado en 1943 a su sede actual de la Parroquia de San Joaquín, una vez que su capilla de la Sangre se derrumbó, aunque permaneció un año en la Prioral.
Desgraciadamente existe muy poco material fotográfico de la primera época, y si existen es en manos ajenas, por lo que harían un inmenso bien devolviéndolo a la Hermandad.
La fotografía que insertamos corresponde posiblemente a 1936, meses antes que se diese el golpe de estado, que llevó a nuestra Guerra Civil, es  de los pocos documentos gráficos que se conservan; la foto, del que desconocemos su autor, es de una gran nitidez y en ella se aprecian una serie de detalles que nos hacen reflexionar sobre la Semana Santa de nuestra ciudad en aquellos años.
En aquella época, la década de los años 30 del pasado siglo, solo procesionaban las hermandades de Humildad, Soledad y la Veracruz; el Nazareno se incorporaría años después. 
Era habitual que participaran cofrades de todas las hermandades de la ciudad, como se aprecia en la foto, hay tres túnicas distintas, un pequeño nazareno lleva túnica negra que se supone corresponde a la Soledad, la túnica de los hermanos de la Veracruz destacan por su bocamanga de ángel, algo peculiar que la corporación crucera ha sabido mantener con el paso de los años.
Los edificios del final de la calle Palacios, que se denominaba en aquella época José Navarrete, permanecen prácticamente igual,  destacar la gran cantidad de público asistente y como los balcones están repletos; se supone que la hermandad ha salido de su capilla en el atardecer y se dirige al actual Parque Calderón, aún no existía Carrera Oficial.
Al fondo de la imagen destaca el muro del que fue convento de San Agustín. No se puede pasar por alto como el Señor de la Veracruz, Nuestra Señora del Mayor Dolor y San Juan van vestidos sobre el estofado, en el caso del Crucificado un sudario blanco lo cubre; fue una moda habitual en aquellos años.
Foto singular que nos muestra todo el esplendor que tuvo esta corporación señera de El Puerto y que insisto y me ratifico merecería la medalla de oro de la ciudad por su larga y dilatada historia y por poseer una imágenes de un gran valor histórico y artístico, aunque no se pueda demostrar científicamente la autoría de ellas.

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