El Loco de la salina

Esto no hay quien lo entienda

Y nos preguntamos nosotros ¿no habrá criaturas ahí fuera pasando ratitos felices y que lo digan en el Telediario?

Publicado: 03/06/2019 ·
01:39
· Actualizado: 03/06/2019 · 01:43
Autor

Paco Melero

Licenciado en Filología Hispánica y con un punto de locura por la Lengua Latina y su evolución hasta nuestros días.

El Loco de la salina

Tengo una pregunta que a veces me tortura: estoy loco yo o los locos son los demás. Albert Einstein

VISITAR BLOG

Si los locos no podemos comprender lo que pasa aquí, dentro del manicomio, imagínese si vamos a poder entender lo que ocurre ahí fuera. Nos sentamos todos los días a ver el telediario de los cuerdos y nos quedamos desencajados. Por lo visto, la gente cuerda no para de hacer cosas muy malas. Los telediarios solamente sacan a los que van pegando tiros, a los que se dan porrazos con los coches, a los que violan, a los que estafan… Ya no dan noticias, solamente dan disgustos. En el manicomio tenemos buena memoria y recordamos, como si fuera ayer, aquel periódico, el Caso, que no se salía de las tragedias y las desgracias más gordas del mundo. Pero está claro que lo del Telediario actual deja al Caso en pañales.

Lo del Caso era como un juego de niños comparado con lo que nos cuentan estos señores de las noticias modernas. Cualquier telediario empieza, por ejemplo, diciendo que uno se ha tirado por un balcón. En seguida, allí está el cámara grabando la imagen del fulano reventado con su sangre correspondiente. Estupendo, buen comienzo. A continuación, no conforme con la macabra noticia, el locutor esboza una ligera sonrisa y ataca de nuevo diciendo que un padre ha violado a su hija de 10 años y a su suegra. Parece como que disfruta dando noticias cada vez más explosivas. La cosa progresa. Por otra parte, se observa que hay como un desprecio hacia los heridos en cualquier desgracia; los heridos son cosa de poca importancia; lo suyo son los cadáveres, es decir, los que se revientan y mueren de verdad bien muertos. Completan el cuadro con las lágrimas de algun vecino o familiar que conocía al reventado. Ya lo que cunde es anunciar que se han producido más de 100 muertos, eso es lo ideal, aunque esa bicoca no cae todos los días. Si el Telediario dura media hora, veinte minutos se lo tiran contándonos cosas horribles, nueve lo dedican al deporte, pero referido a jugadores que han engañado o se han matado o se han drogado y un minuto al levante. Lo único agradable de las noticias es la esperanza que nos queda de que mañana pueden ser peores que las que acabamos de escuchar y eso de momento nos consuela.

Ahora, lo último. Dicen los guapos y guapas locutoras y locutores de los telediarios (ya se me ha pegado la pamplina de los progresistas y los progresistos) que la chavalería ha inventado un nuevo juego. Por lo visto, el jueguecito consiste en que uno coge a otro y se pone a estrangularlo hasta que lo deja a pique de un repique. Es decir, que hay que apretar al máximo el cuello hasta que la criatura pierda el sentido. Hay que ver lo que cambian los tiempos. Cuando nosotros éramos jóvenes, jugábamos a bailar el trompo, a saltar, a las cuatro esquinas…, y ahora los muchachos juegan a estrangularse. Y encima lo graban en video para que se compruebe la agonía que pasa el estrangulado. ¿Usted lo entiende? Lo peor de todo esto es que aquí, después de ver el Telediario, muchos locos se lían a tortazos, a tirarse los bancos, a arrojarse por los balcones, a apretar cuellos de otros… Es normal. Hacen esas cosas porque ellos quieren estar al día e imitar lo de ahí fuera por si algún día los sueltan, cosa que veo bastante complicada.

Y nos preguntamos nosotros ¿no habrá criaturas ahí fuera pasando ratitos felices y que lo digan en el Telediario? ¿No será noticia que haya chavales dándose abrazos sin estrangularse? Están locos.

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN