Nada tiene que ver lo noticioso con lo importante y mucho menos con lo esencial. Sin embargo, que los jienenses vuelvan a tener una seña de identidad propia como era la cerveza El Alcázar, que los hacía sentir orgullosos cuando la comparaban con otras marcas y les propiciaba un hecho diferenciador ante tanta homogeneidad social, pero dispar económicamente, es más que noticioso. La ausencia, la añoranza, engrandece las marcas. Así pasa en la música. La vuelta de productos cuya desaparición ha hecho que se mitifiquen es un activo que pocas empresas están dispuestas a dejar escapar. Lo que está claro es que la apuesta por el director general de Heineken España, Richard Weissend, por la fábrica de Jaén es clara desde hace unos años y se nota en cada visita. En estas, el alcalde ha sabido aprovechar el viento a favor y lo que nació de su cabeza como una feria anual en la que se envasara Alcázar, se ha convertido en la vuelta de un producto que la ausencia lo ha hecho más jienense, si cabía. Pero lo importante son otras cosas. Es el tranvía, la sanidad, la justicia, el ferrocarril o el patrimonio. Y lo esencial es la salud y el empleo. No lo olvidemos. Pero si con cada meta alcanzada podemos brindar con una botella de nuestra cerveza, ¿por qué no lo vamos a hacer? Salud.
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