El conjunto residencial San Javier, en la zona de Las Menuditas, vio el pasado miércoles conmocionada la habitual tranquilidad de la que gozan estas viviendas unifamiliares cuando sobre las 11,50 horas, según señaló el Servicio de Emergencia 112 de Andalucía, un joven de 22 años, Enrique Alberto T. R, al parecer con problemas psiquiátricos, presuntamente mató a su padre, Ildefonso T. M., de 61 años de edad profesor de francés del IES Pablo Ruiz Picasso recientemente jubilado, tras asestarle al menos una cuchillada en el cuello.
El agresor, hijo único y adoptado con unos cuatro años en Colombia que precisamente el jueves iba a ser trasladado a un centro especializado fuera de la provincia, fue reducido e inmovilizado dentro de su domicilio por un vecino agente de la Guardia Civil que disfrutaba de su último día de vacaciones, hasta que llegaron los efectivos del Instituto Armado que procedieron a la detención del joven. Poco después de las 15.15 horas, la furgoneta del Servicio Judicial abandonaba el chalet Los Sauces, esquina entre las calles Centauro y Ceres, donde ocurrió el suceso. El jueves, el agresor pasó a disposición del Juzgado de Instrucción número cuatro de Chiclana y posteriormente trasladado al centro psiquiátrico de la prisión Sevilla II.
Los hechos según testigos
Los hechos fueron relatados por Álvaro Moreno, hermano del Guardia Civil. Según el relato de Moreno, su cuñada se encontraba en la calle paseando al perro cuando la madre del agresor, Consolación R., salió corriendo pidiendo socorro y gritando que su hijo había matado a su marido. Tras preguntar si tenía problemas psíquicos optó por avisar al Guardia Civil.
El agente entró en Los Sauces preguntando en voz alta por el joven agresor, al que encontró dentro de la vivienda junto al cadáver de su padre bañado en sangre y con el arma homicida, un cuchillo de cocina.
“Como des un paso más te clavo a ti el cuchillo, le dijo a mi hermano”, explica Moreno. El agente, según este relatado, trató entonces de calmarle diciéndole que todavía podía salvar a su padre, momento en el que el joven bajó la vista hacia el cuerpo de la víctima. El guardia civil aprovechó ese instante, según su hermano, para abalanzarse sobre el parricida, quitarle el cuchillo de las manos y retenerle hasta la llegada de las patrullas de la Guardia Civil que habían sido alertadas por teléfono.
El hermano del agente que detuvo a Alberto T. R. no pudo concretar si además el joven había intentado agredir a su madre, pero sí aclaró que cuando lo encontró su hermano “estaba tranquilo, pero muy agresivo, siempre amenazando con el cuchillo”.
Fuentes próximas al caso han informado que el joven tiene problemas psicóticos. Según las mismas fuentes, al parecer, pudo haber discutido con su padre, porque no quería ser trasladado a un centro de atención especializado.
Nervios en la casa
Al poco de producirse los hechos acudieron a la vivienda familiares cercanos que no pudieron evitar mostrarse sorprendidos por lo sucedido. Una sobrina del fallecido indicó a este medio que comprendiera la actitud de su padre que momentos antes había increpado a los periodistas. “Tenéis que comprendernos, estamos muy nerviosos porque no nos esperábamos una cosa así”, comentó.
Estupefacción entre los vecinos
La sorpresa fue mayúscula entre los vecinos del conjunto residencial cuando se enteraron de lo que había ocurrido en Los Sauces. “Estoy impresionado, no me podía imaginar nada de esto”, manifestaba uno de los vecinos cuyo hijo, con un par de años menos que el joven agresor, había llegado a ser su amigo. Este mismo vecino aseguraba que “se trata de un joven correcto y educado que nunca ha dado ningún problema ni escándalo en el barrio”. Otra vecina se manifestaba en los mismos términos, matizando que “no conozco mucho a la familia, aquí llegamos, cerramos la puerta y vivimos dentro de las casas, pero esa familia nunca ha dado problemas al vecindario”. También de la misma opinión es Álvaro Moreno, quien apunta que “el chaval nunca ha tenido problemas con nadie”. Todos se preguntan qué es lo que habrá pasado por la mente del agresor. n
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