Ha ocurrido en el zoo de Praga. Un adorable bebé elefante estaba tan a gusto con su siesta que su madre no podía despertarle.
Dormía de forma tan profunda que incluso roncaba en medio del zoo. Su madre, al ver que no podía con él, avisó a los cuidadores que le sacaron de su profundo sopor ante el ¡ooooooh! de los presentes.
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