?Acercamos la poesía al público, para que vea que no es aburrida?

Las letras serranas están de enhorabuena con la publicación de un nuevo libro del joven poeta de Prado del Rey Miguel Ángel Rincón, que volverá a aportar su granito de arena a la cultura de la comarca con Poemas en el equipaje, disponible a partir del próximo 4 de diciembre

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  • Para ilustrar su nuevo libro, Miguel Ángel se sometió a una sesión de fotos por Arcos y los alrededores. -
Las letras serranas están de enhorabuena con la publicación de un nuevo libro del joven poeta de Prado del Rey Miguel Ángel Rincón, que volverá a aportar su granito de arena a la cultura de la comarca con Poemas en el equipaje, disponible a partir del próximo 4 de diciembre. Esta es la cuarta obra que el autor consigue publicar, en esta ocasión a través de Castellarte. La relación de Rincón con Arcos es sobre todo laboral, pues trabaja en el CEIP San Francisco como monitor de Educación Especial, aunque también le unen lazos poéticos, sobre todo con Pedro Sevilla, con quien ha recitado en varias ocasiones.

—¿Qué podemos encontrar en su nuevo trabajo, Poemas en el equipaje?
—Sobre todo poesía. Son más de 50 poemas y estoy deseando que salga. El prólogo es obra de la escritora y abogada Purificación González de la Blanca, quien también fue cofundadora de Agaden y de Ecologistas en Acción. Nos conocimos por internet y hemos coincidido en varios encuentros poéticos. Me pidió que le mandara algunos poemas y al final surgió la idea de que me hiciera el prólogo.
—¿Sigue la línea de sus anteriores trabajos?
—Sí, porque es una especie de trilogía. Aunque este será el cuarto libro que publico, el primero fue una antología de los primeros versos que escribí, con 14 ó 15 años. La serie comenzó con Elucubraciones de un superviviente en 2003, Espacios compartidos el año pasado y ahora Poemas en el equipaje. Creo que así cerraré este triángulo y empezaré a hacer cosas nuevas, innovando un poco más en la poesía y tratando otros temas.
—¿Cómo definiría la poesía que ha hecho hasta ahora?
—Aunque me cuesta definir mi poesía, creo que ha ido evolucionando hacia la poesía urbana, social y sin olvidar el amor y desamor, que siempre está presente en la poesía. Pero sobre todo creo que ha dado un giro bastante grande hacia la poesía urbana, la de la generación de los años 50, con Gil de Biedma o Caballero Bonald.
—En la edición del libro cuenta con la colaboración de otro artista serrano como es Juan Kalvellido, autor de la ilustración de portada ¿Cómo surge la idea?
—Juan Kalvellido es de Villamartín, aunque por asuntos laborales vive en Fuengirola. Como la mayoría de los que hacemos arte en la Sierra, nos conocemos, y además porque fundamos el colectivo de artistas Aldaba, en el que tienen cabida dibujantes, fotógrafos, poetas o escritores. Él fue también quien me ilustró el libro anterior, no sólo la portada, sino que cada poema llevaba un dibujo.
En cuanto a la ilustración del nuevo libro, no fue algo premeditado. A través de una amiga, Pilar López, a la que le gusta mucho la fotografía, serví como conejillo de indias y me hizo bastantes fotos por Arcos y los alrededores y se las mandé a Juan junto a los poemas, por si le podía servir de inspiración. Una de ellas le gustó mucho, porque se ve el paisaje verde al fondo, la carretera y una camiseta roja que yo llevaba, la cual no pegaba nada, pero por eso mismo le gustó, porque rompía un poco el esquema de la foto. Empezó a dibujar sobre la fotografía y nos gustó bastante como quedó.
—Paralelamente continúa con otros proyectos culturales en la Sierra...
—A veces pienso que son demasiados, pero me gusta. Siempre he estado en la onda de los grupos de música, sobre todo de rock & roll. Empecé con 12 años tocando el bajo en un grupo en Prado del Rey, y a partir de ahí he ido evolucionando, introduciendo pop, pero sobre todo canción de cantautor. He formado varios proyectos musicales como La Máquina Quimérica, que tuvimos que dejar el año pasado por motivos laborales de algunos componentes, y este año hemos vuelto con otra formación, Los artistas del Alambre.
En principio sólo poníamos música a los poemas de varios autores, pero ahora con la edición de este libro hemos decidido hacer canciones. Estamos grabando una maqueta que la asociación cultural Fuego de la Utopía nos va a editar. Son cinco canciones y el single ya suena en emisoras como Radio Arcos. También estamos haciendo videopoemas, una especie de cortometrajes que proyectamos en los locales donde actuamos, y están funcionando bastante bien.
También he hecho colaboraciones con Miguel Beltrán, recitando con el piano de fondo, y algunas versiones de Pedro Guerra, Ismael Serrano o Aute. Sin embargo, creo que algún día volveré al rock & roll.
—¿Cómo valora el movimiento cultural en la Sierra en estos momentos, sobre todo las nuevas generaciones?
—Bien, yo creo que siempre ha habido un movimiento juvenil dentro del arte. Quizá ahora no haya tanto porque no lo promocionan lo suficiente las instituciones, en este caso municipales de cada pueblo. Con la crisis se está recortando mucho en cultura, y eso corta a su vez las alas a los más jóvenes a la hora de crear. Sobre todo de tener espacio, como locales para ensayar, subvenciones para montar una asociación cultural o para publicar libros, discos, maquetas, etc. Sin embargo siempre hay gente que, aunque no esté publicando, está haciendo cosas.
—Y en cuanto a los más veteranos, muchos están dejando la comarca por motivos laborales ¿Se está perdiendo la comunicación o sigue viva gracias a las nuevas tecnologías?
—Eso es lo que nos mantiene vivos. En el colectivo de artistas Aldaba hay gente de Sanlúcar, Jerez, o Puerto Real, de la Sierra, en Puerto Serrano, Villamartín o Grazalema; y también de Málaga, Fuengirola o Estepona. Si no fuera por internet lo tendríamos muy complicado, pero gracias a la red hacemos hasta las asambleas. Tenemos una página web para que la gente nos pueda conocer.
—Hablaba antes del apoyo institucional ¿Cree que es insuficiente?
—Las subvenciones tendrían que llegar sobre todo a los jóvenes, para que puedan ir empezando. Ese fue uno de los objetivos para lo que creamos la asociación Fuego de la Utopía, desde la que pretendemos publicar el primer libro a poetas que están empezando. Entre tres amigos, David Romero de Sanlúcar, Juan Manuel Alcedo de Puerto Real y yo hemos decidido perder un poco de tiempo y dinero para publicar libros a estos compañeros. Ya llevamos dos, el primero a Juan Antonio Baena, de Grazalema, y el segundo, que salió hace poco, a David Romero.
En cuanto al apoyo institucional, hay ayuntamientos que sí apuestan por la cultura, aunque si no tienen dinero tampoco se les puede pedir más. Esperemos que la nueva ley de financiación local contribuya en este aspecto.
—Y en el lado contrario, ¿para quién van los agradecimientos?
—Sobre todo a la gente que apuesta por la poesía, porque en estos tiempos es algo que está ahí pero que no se sabe muy bien lo que es, ni cómo es. Parte de culpa creo que la tienen los maestros; muchos poetas decían que uno de los principales enemigos de la poesía era el maestro. Es necesario inculcar la poética a los niños, pues serán los lectores del futuro. Aparte de eso, creo que la poesía tiene un público fiel, aunque minoritario, y es a ellos a quien hay que dar las gracias.
También a este medio, por la oportunidad de expresarme que me brinda en la columna semanal, a las emisoras de radio que se hacen eco de las noticias culturales, pues creo que la poesía es algo más complicado de difundir que por ejemplo la novela, mucho más vendible. Con ese objetivo surgieron proyectos como Artistas del Alambre, con el que intentamos acercar la poesía a otros públicos, hacerles ver que no es algo aburrido, sino que se puede llevar a los bares o a festivales.

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