Atando Cabos

José Luis Sendón, médico

La Seguridad Social sigue siéndolo gracias a profesionales, personas, como el doctor Sendón que no tiene precio.

Publicado: 16/10/2019 ·
08:59
· Actualizado: 16/10/2019 · 08:59
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Autor

Remedios Jiménez

Licenciada en Historia, docente jubilada, integrante del Aula Atenea del Ateneo de Jerez y de varios clubes de lectura

Atando Cabos

Una mirada sobre lo que nos pasa día a día, bajo los titulares de la incesante actualidad

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La primera vez que vi a José Luis Sendón quise ponerle una reclamación. Iba con un dolor lumbar terrible, la consulta iba muy retrasada y cuando pensaba que iba a tocarme, no paraba de nombrar a otras personas. Él, que siendo diabético no había podido parar en toda la mañana, como tantas veces le ocurría, se enfadó mucho. Le pedí perdón cuando entré por mi impaciencia y en la siguiente consulta, pero me contestó que recibía las disculpas pero que no me perdonaría. No sé que hubiera pasado si me hubiera perdonado, porque no he recibido mejor atención de un médico de familia que la suya.

Esta semana recibí un gran disgusto cuando al intentar coger cita me informaron de que estaba de baja. “Pues entonces iré más adelante”, le respondí a la persona que me atendió. “Va a tener que dejarse atender por otra persona, porque no sabemos cuando volverá el doctor Sendón”. No recibí información alguna del motivo, como es natural, pertenece a su vida privada, pero me preocupé. Deseo que haya sido porque ha decidido jubilarse o porque le ha tocado la primitiva y está de viaje por el mundo. No querría pensar que es la enfermedad quien no le permite estar atento a sus pacientes.

Atento, porque así es como ejerce la medicina. Se sabe todo lo tuyo y se esfuerza por conseguir que estés lo mejor posible. Sólo por el corazón que pone, ya te sientes mejor. Sabes que está pendiente de ti, cuidándote, te hace sentir segura.

Las personas que padecemos enfermedades crónicas que van acompañadas por dolor y limitaciones físicas, tenemos por fuerza que ser sufridas. Sabemos que no hay otra que salir adelante a pesar de… Cuando una se sienta en una de esas sillas de hierro azules del centro se salud, incómodas, incomodísimas, además de escasas, no espera mucho.Pero para mí eso fue antes de conocer a mi médico de familia. Así que voy a sentir cierta orfandad la próxima vez que acuda. Lo haré con recelo, la verdad, sin menospreciar con ello a la persona que le sustituya.

José Luis Sendón es un médico apreciado y querido por sus pacientes. Doy fe de ello en conversaciones sostenidas a la puerta de su consulta. Nunca mira el reloj y con el único que se enfada es con el ordenador cuando no va. Te hace sentir que tiene para ti, todo el tiempo del mundo. Algo milagroso porque los recortes han dado diez minutos a cada paciente y la más de las veces cinco.

La Seguridad Social sigue siéndolo gracias a profesionales, personas, como el doctor Sendón que no tiene precio.

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