Manolo Moscosio se llevó una gran sorpresa en la Piscina Cubierta OKMAS Centro Deportivo Municipal Manolo Gallego. El que fuera jugador del Rayo Sanluqueño, Atlético Sanluqueño, Cádiz, Balona, Recreativo de Huelva y Ceuta para colgar después las botas en el Atlético Sanluqueño y entrenador del Atlético Sanluqueño, UD Algaida, Chipiona y Rayo Sanluqueño y de muchos equipos de cantera fue objeto de una trampa en el que participó su hijo Fran y en donde el cebo fue Miguel Vega, que fuera portero del Cádiz.
Los jugadores del equipo infantil de la UD Algaida de la temporada 1988-1989, conjunto que fue dirigido con bastante éxito por Manolo Moscosio, fueron los que organizaron todo. La lista de ‘convocados’ fue la compuesta por Juanma, Chico, Isi, Marru, Bazán, Blas, Vega, Gordillo, Jesús Prado, Jerez, Javi, Santi, Carlos, Antonio García, Salvi, Ricardo y David. Luina no pudo hacer acto de asistencia.
Antes, los que fueron sus jugadores disputaron un partido informal en el Doro Stadium, que acabó con tres lesionados por la falta de entrenamientos. Después vino la comida de convivencia donde no faltó una buena gastronomía y muchas anécdotas donde no faltaron las carcajadas. Juanma Dorado fue el encargado de presentar el acto y de leer un comunicado en el que resaltaba la figura del homenajeado. Moscosio no pudo continuar con su intervención porque la emoción le desbordó. Recibió una placa recordando aquella temporada y un cuadro de una crónica de un partido que los rojillos ganaron por 0-14 en Jerez.
Manolo Moscosio, que ha entrenado a jugadores como Nolito, Jurado, Luina, Vega y Dani Cadena, manifestó que “no esperaba esto. No tengo palabras por la sorpresa que me he encontrado. Guardo un gran recuerdo de la temporada 88-89, en la que logramos muchas goleadores. Dirigí a un grupo de jugadores que hoy en día no existe. Me siento orgulloso y satisfecho de que no hayan perdido el compañerismo y la amistad. Este rato no se olvidará nunca y me quedo con el que trabajo tiene su recompensa”.
De esa plantilla que dirigió destaca que “eran jugadores con 13 años que utilizaban campos de tierra y balones MIKASA que costaba tanto trabajo levantar con el agua. Es la etapa del futbolista donde la obediencia y la disciplina es fundamental. Ser futbolista requiere un trabajo especial”.
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