Las facciones en guerra del PSOE han decidido no matarse por las listas al Congreso y Senado de Málaga…. Al final, como malos hermanastros, se han repartido el pastel de los cargos.
Ninguno de los futuros senadores o diputados socialistas con posibilidades de salir tiene un perfil intelectual como el de José Andrés Torres Mora, al que las huestes sanchistas y susanistas han despreciado y apartado del Congreso. Mi estimado compañero José María de Loma contaba días atrás que lo sucedido con esta lista se podría resumir, más o menos, en “que Sánchez colocó al primero, vetó a Miguel Ángel Heredia para el Congreso y los demás ya se metieron por sí solos”.
Para muchos de los ciudadanos de nuestra provincia, los mejores méritos que tienen la mayoría de estos candidatos del PSOE es haber sido defensores de sus respectivos bandos o trincheras en el partido. Es decir, nada que ver con los problemas que sufre nuestra sociedad.
Pocos méritos más adornan a estos candidatos con la excepción de José Aurelio Aguilar, Josele: un abogado con cierto prestigio profesional y social, que se ha ganado la vida al margen de la política como cualquier hijo de vecino y que ha sabido ser discrepante durante años en su partido. Lo que hace que su candidatura sea casi excepcional.
Pero lo realmente importante va a pasar después de las dos citas electorales: será entonces cuando el PSOE de Pedro Sánchez mate al PSOE de Susana Díaz. O al revés. Pero quizás lo que necesiten los votantes socialistas, e incluso toda España, es que mueran ambos PSOEs y nazca un PSOE nuevo que deje atrás un partido muy mediocre.
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