La práctica ausencia de precipitaciones en estas últimas semanas está generando ya cierta inquietud en el campo, que confiaba que en estos últimos días hubiera hecho acto de presencia la lluvia para de este modo empezar a normalizar la situación.
El secretario general de COAG-Cádiz, Miguel Pérez, admite que la situación no es todavía preocupante, pero deja claro que sería aconsejable que el mes de febrero no se despidiera sin las esperadas precipitaciones. “Todavía es pronto para decir que hace falta agua, pero sería bueno que lloviera antes de que se acabe febrero, que no encaremos un marzo seco, porque en ese caso esto pintaría ya de otro color”, explica Miguel Pérez.
El año “no está siendo malo” por ahora desde el punto de vista meteorológico, pero sí es cierto que “algunos cultivos ya están pidiendo agua, como los cereales”. Además, esa lluvia también sería bien recibida para preparar las tierras de cara a próximos cultivos e incluso para garantizar pastos para la ganadería extensiva.
De igual modo, “a la poquita remolacha de secano que queda en la provincia” también le vendría bien el agua. “No estamos en una situación límite ni desesperada, pero esperamos que venga ya alguna borrasca y deje agua, porque en estos últimos días se había anunciado lluvia pero no ha llegado”, añade el secretario general de COAG-Cádiz.
La situación es óptima desde el punto de vista de las reservas hídricas. Los pantanos de la provincia de Cádiz almacenan actualmente 1.220 hectómetros cúbicos de agua y se encuentran al 67 por ciento de su capacidad, cuando el año pasado embalsaban 720 hectómetros y apenas alcanzaban el 39 por ciento. A estas alturas del año, la media registrada en los diez últimos ejercicios es del 71,81 por ciento, por tanto el volumen actual de agua embalsada ronda esos niveles.
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