Editorial Sevilla

Volver al punto de partida

La pretensión del PP de que se tramite desde cero su Presupuesto como el del Ayuntamiento retrasaría su aprobación a final de primavera

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A pesar, o quizás por eso, de que el gobierno y los grupos municipales han dado muestras de buena voluntad hacia el PP ampliando el plazo para que  desistiera de su intramitable Presupuesto alternativo y se sumara con emiendas al normal proceso de negociación y aprobación de las Cuentas para el año en curso, los populares parecen haber interpretado esa generosidad como debilidad y se han encastillado en una posición poco menos que numantina.

Pretende de nuevo el PP que sea su Presupuesto alternativo, y no el del alcalde (único legalmente facultado para ello), el documento básico, y que si no puede ser admitido como enmienda a la totalidad, conforme al dictamen jurídico negativo del secretario y del interventor, Espadas retire el suyo y se empiece la tramitación desde cero y sin entrar en el “menudeo” de las enmiendas, para hacer valer así su condición de fuerza mayoritaria en el Ayuntamiento.

Independientemente de la falta de voluntad negociadora, que paradójicamente reclama para sí, la exigencia del PP de volver a poner un Presupuesto en la casilla de salida significaría tener que reiniciar toda su tramitación (volver a pedir, por ejemplo, el dictamen del CESS) y acabar de aprobarlo al final de la primavera, con lo que ya en puertas del paréntesis estival la ciudad perdería un tiempo precioso, cuando más se necesita la inversión municipal para afianzar la recuperación.

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