Curioso Empedernido

Imaginaciones e ilusiones

Relatos fascinantes o historias corrientes construyen nuestras vidas, marcando creatividades o asumiendo conocimientos de todo lo que vemos y oímos

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Todo el día estamos latiendo entre nuestras razones y emociones, entre nuestros corazones y cerebros. Y sentimos y nos hacemos preguntas, y nos ilusionamos con las pequeñas cosas e imaginamos grandes y gigantescas figuras.

Algunas veces nos queremos aislar de la realidad y decimos que estamos ausentes, que no pensamos en nada, pero no es verdad porque aunque en ocasiones lo hayamos intentado, no creo que lo hayamos conseguido.Y además estamos sometidos a un gran carrusel de estímulos.

Entre amores y crisis parafraseando al último disco del grupo algecireño La Canalla, vamos superando obstáculos y librando batallas, solos o con ayudas, comprobando lo fácil y lo difícil que en ocasiones resulta aprobar la asignatura de la vida.

Cuestiones indiscutibles o dudas razonables, sometimientos o reivindicaciones, entre hitos y oles, discursos y pregones, puertos, muelles o barcos, cementerios vivos o calles muertas, patronos o asalariados, contentos o disgustados, épicas y cotidianidades.

Relatos fascinantes o historias corrientes construyen nuestras vidas, marcando creatividades o asumiendo conocimientos de todo lo que vemos y oímos.  Nos aferramos a gestionar, asegurar, garantizar y perseverar, en lugar de proponer,conmover, innovar y cambiar la realidad que hemos heredado y no nos gusta.

Deberíamos tener claro para alejarnos de nuestras falsas seguridades y descubrir nuevas ideas, que lo más cierto de esta vida y este mundo en el que nos ha tocado vivir es precisamente su incertidumbre. Lo que más asusta es la mediocridad, que afirma dogmáticamente todo aquello que ignora.

Es comprensible que hay quienes se asustan ante las dudas y las incertidumbres, y entonces se conviertan en los predicadores del miedo, para que todos no nos atrevamos a tener ideas propias sino que seamos meros papagayos  que repetimos cuanto oímos e imitamos lo que vemos.

Con los años nos damos cuenta que entre imaginaciones e ilusiones, hay mucho camino por andar, que no hay nada intocable, y hay quienes se pierden con facilidad entre el dogmatismo y la confusión,  y son incapaces de diferenciar la información del ruido.

Los hay peores y más peligrosos, que por mucho que se lo expliquemos una y otra vez, no establecen una diferencia clara entre lo verdadero y lo falso, formándose tal lío que en sus exposiciones llena de mentiras, aquello que la gente piensa que es verdad.

Tampoco es tranquilizador los que ocultos en palabras vacías y discursos envolventes no saben muy qué es lo útil y lo inútil de lo que piensan y hacen, ni en su ética de quita y pon que es  lo bueno y lo malo, por eso hay gente que no ven  el mundo y mucho menos lo comprenden, por lo que les resulta difícil vivirlo y mucho menos cambiarlo.

De todas formas como ninguno nos conocemos plenamente a nosotros mismos, todos podemos ser buenas o malas personas en diferentes situaciones, mostrar diferentes caras y tener distintas voces, tener memorias especiales para cada función.

Nos damos cuenta con la experiencia que no merece la pena entrar en discusión con quienes se creen que lo saben todo y quieren imponer su criterio. No podemos dejarnos llevar por el pesimismo de quien lo ve todo negativo. Ver el lado positivo de las cosas nos hace avanzar y conseguir nuestras metas.
                         

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