Abengoa ha presentado sus resultados del primer trimestre del año, que recogen el impacto positivo del cierre de la reestructuración financiera de la compañía. Tras perder casi 9.000 millones de euros en los años 2016 y 2016, los mayores de la historia empresarial española, la compañía arroja beneficio neto positivo en el trimestre. En concreto, de 5.561 millones.
El truco de esta abultadísima cifra es que lo que refleja es el impacto contable de esa reestructuración que ha reducido la deuda financiera del grupo de 12.258 millones a 5.734 millones a cierre de marzo. Ello genera un beneficio extraordinario de 5.814 millones.
Sin embargo, la cifra definitiva de resultado neto de 5.561 millones es 253 millones inferior, lo que indica que ese es el volumen de pérdidas que el negocio ordinario de la compañía registró en el trimestre
Ventas
No obstante, esa deuda total de 5.734 millones restante tras el rescate financiero se verá reducida adicionalmente una vez se cierre definitivamente la venta de determinadas filiales de biofuel, líneas eléctricas y otros negocios. Estas sociedades ya vendidas o que se venderán a medio plazo permitirán borrar del balance del grupo que preside Gonzalo Urquijo otros 2.257 millones. El pasivo se quedaría así en 3.477 millones, un 40% menos.
El negocio ordinario generó ventas de 336 millones, de las que 295 millones (un 25% menos) proceden del área de construcción industrial, actividad en la que se va a centrar el grupo en exclusiva. La empresa registró un resultado bruto (ebitda) negativo en 24 millones.
La empresa también detalla que ha abonado en total 138 millones en concepto de gastos por la reestructuración entre comisiones y honorarios y otros gastos. Dentro de esa cantidad, la partida de gastos por servicios profesionales asciende a 52 millones. Abengoa explica que, sin esos costes extraordinarios por la reestructuración, el beneficio bruto sería positivo.
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