Aunque según la ordenanza, el mercadillo comienza a funcionar el día 1 de julio, no ha sido hasta este fin de semana cuando los puestos han comenzado a tener actividad, ya que el jueves aún podía verse a algunos de los vendedores martillo en mano instalando las casetas de madera en las que exponen sus productos, todo artesanía y bisutería, como sucede en el parque Calderón, ya que otro tipo de venta no está permitido en este mercadillo.
Quien quiera ver la mercancía que exponen -vestidos, bolsos, piezas claras de artesanía, etc- tiene que alcanzar hasta la última bolsa de aparcamientos de la urbanización, situada en la calle Litoral, entre las urbanizaciones Blegamar y Colomina, en la zona más cercana al paseo marítimo, lo que hasta el momento es desconocido por la mayoría de veraneantes que han escogido Valdelagrana para pasar sus vacaciones, y que son los más asiduos a este mercadillo, como reconocen algunos de los usuarios.
Comercio puede dar un máximo de 28 autorizaciones y aunque todas esas casetas están instaladas -y la ordenanza obliga que son los propios titulares de la actividad quienes tienen que montar y desmontarlas- no todos han abierto aún. De momento, los ambulantes no andan descontentos con el nuevo emplazamiento, aunque todos esperan ver los resultados a final de temporada, cuando tengan que dejar sus casetas el 31 de agosto próximo.
Si bien la concejalía ha intentado, con esta medida, eliminar toda venta callejera en el paseo marítimo, aún hay quien se atreve a colocar su mercancía en el suelo. Hay quienes son más atrevidos y en los primeros días del mercadillo se han apostado justo enfrente de las casetas o entre ellas a vender, aunque eso no parece molestar a nadie.
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