Los dos individuos, que intentaban disimular su aspecto disfrazados con pelucas, según relatan algunos testigos, entraron en la oficina bancaria con normalidad y mantuvieron la calma en todo momento, por lo que se sospecha que fuesen profesionales. A pesar del trato “correcto”, amenazaron a los rehenes con cuchillos de grandes dimensiones instándoles a encerrarse en un cuarto de baño, en donde permanecerían durante unos minutos, los suficientes para que los ladrones encontrasen el dinero y reuniesen una cantidad que gira en torno a los setenta mil euros. El servicio de inspección del BBVA de Sevilla se encarga ahora de evaluar la pérdida económica.
Recogido el dinero amenazaron a los rehenes para que no llamasen a la policía hasta pasados unos quince minutos, los suficientes, en principio, para darse a la fuga. Los agentes se personaron en la entidad bancaria apenas recibido el aviso e iniciaron las primeras investigaciones que se centran, principalmente, en averiguar la identidad de los atracadores. El acento de su habla, según los testigos, era español.
De momento se desconoce como abandonaron el lugar, la plaza del Polvorista, a esa hora cuando las obras en el centro están causando graves retenciones de tráfico y si recibieron la ayuda de un tercer implicado para la huida.
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