Inversión Corporativa, la sociedad de las cinco familias andaluzas que aún posee la mayoría del capital de Abengoa, busca su salvación a través de varias vías. En preconcurso como la propia Abengoa desde noviembre de 2015, la sociedad tiene un pasivo de unos 70 millones de euros asociado prácticamente en su totalidad al que es su principal activo actualmente: el millón de metros cuadrados de los terrenos de Buen Aire al norte de la ciudad de Sevilla, que posee a través de su filial Ibisa. Los bancos acreedores son Popular, Sabadell, Bankia y Unicaja, que refinanciaron esa deuda a inicios de año.
El otro activo que mantendrá IC, un porcentaje del capital de la nueva Abengoa que salga de su propia reestructuración, está aún por definir tanto en número de acciones como en su valor en Bolsa. Es decir, Buen Aire es su principal losa, pero puede ser también su tabla de salvación. Unido, claro está, a un nuevo socio que aporte capital a corto plazo y que tomaría hasta el 50% de IC, como ya ha avanzado www.andaluciainformacion.es.
Por ello, Ibisa ha intensificado sus gestiones con la Gerencia de Urbanismo de Sevilla y con el ministerio de Fomento (los terrenos lindan con la ronda SE-30 y con la autovía A-4 en su salida hacia Córdoba) para desbloquear y sacar adelante por fin el plan parcial que permita comenzar a urbanizar esa zona, ahora en parte dedicados a tareas agrícolas. El proyecto de Buen Aire se presentó en 2005, cuando Ibisa compartía su propiedad y promoción con una decena de promotoras y constructoras andaluzas, y prevé 2.200 viviendas (en parte de VPO) y desarrollos comerciales con un volumen de inversión estimado en ese año de 600 millones.
Desde entonces, el proyecto cayó en el olvido oficial, aunque se siguió trabajando para sacar adelante ese plan parcial. Sin embargo, los escasos avances y la crisis del ladrillo llevaron a Ibisa, en diciembre de 2013, a solicitar al ayuntamiento de Sevilla la devolución de 22 millones aportados a Urbanismo para que urbanizara los terrenos.
Reclamación olvidada
El ayuntamiento urbaniza, pero una vez aprobado el plan parcial, por lo que en marzo de 2014 se negó a devolver ese dinero e instó a Ibisa a seguir trabajando y no desperdiciar las gestiones realizadas en esos últimos nueve años. Desde ese mes de marzo, ambas partes se han ido dando sucesivamente nuevos plazos para sacar adelante el plan parcial.
Fuentes de Urbanismo señalan que los promotores “están muy esperanzados con las últimas gestiones que han llevado a cabo con la dirección general de Carreteras, por lo que creen posible lograr avances en los meses próximos”. Y es que las exigencias del ministerio de Fomento recibidas como alegaciones en el primer semestre de este año van a obligar a rehacer el borrador de plan parcial que trabajaban Inbisa y el ayuntamiento. La cercanía entre ambas partes es tal que Ibisa ha desistido incluso de seguir reclamando la devolución de esos 22 millones.
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