Las cuentas anuales de Mina de Aguas Teñidas (Matsa) del ejercicio 2014 (del 1 de octubre de ese año a 30 de septiembre de 2015) arrojan más luz sobre la abrupta salida de su director general desde 2012, el mexicano Alonso Luján, y sobre cómo se produjo la entrada del inversor árabe Mubadala en el capital de la mina de Huelva en octubre pasado. Según se recoge en las cuentas, auditadas sin salvedades por EY, el antiguo socio único de Matsa, la multinacional suiza de materias primas Trafigura, inyectó 33 millones de euros el 1 de octubre del pasado año para tapar un agujero acumulado de hasta 38,7 millones de euros.
Matsa cerró el ejercicio 2014 el 30 de septiembre del pasado año con un fondo de maniobra negativo por esos 38,7 millones, cantidad en la que 5,8 millones correspondían a deudas con el propio grupo Trafigura. Descontando ese pasivo interno, el agujero de 33 millones fue así eliminado de una tacada.
Coincide la fecha de esa inyección de fondos, el 1 de octubre, con el día en que se comunicó el despido fulminante de Alonso Luján. Matsa lo atribuyó oficialmente a motivos personales que el directivo no quiso revelar, pero esta coincidencia temporal hace suponer que la mala situación económica de Matsa fue un factor determinante. El fondo de maniobra negativo a cierre del año anterior (septiembre de 2014) era de sólo 4,6 millones.
Otra salida
Además de la salida de Luján en octubre, en marzo se produjo la del entonces número 2 de Matsa, y director financiero, Carlos Fernández, ante la llegada de una nueva directora general, la estadounidense Audra Walsh.
Junto a ello, esa inyección para enjugar ese agujero y permitir a la empresa seguir en funcionamiento según los criterios contables se produjo sólo doce días antes de que Mubadala formalizara la compra del 50% de Matsa. La compañía de Abu Dhabi asumió ese porcentaje efectivamente el 13 de octubre, después de desembolsar 615 millones por la mitad de la mina de Almonaster La Real: 385 millones en metálico y asunción de deuda por 230 millones.
Precisamente en cuanto al pasivo de Matsa se recogen también novedades relacionadas con la llegada del nuevo accionista. Trafigura mantenía a 30 de septiembre pasado una deuda con su filial Matsa de 450 millones. Pero, meses antes de vender el 50% de la compañía, la multinacional cambió las condiciones de ese préstamo para que dejara de ser participativo, es decir, para que no pudiera canjearse por acciones de la propia Matsa a futuro. Con ello allanaba el camino a la entrada de un inversor y, además, podría traspasarle la parte equivalente de ese pasivo, como así ocurrió.
En cuanto al desempeño económico del año, Matsa exprimió la entrada en operación de la ampliación de capacidad de su planta minera, hasta 4,4 millones de toneladas. Sus ingresos crecieron el 74%, hasta 212 millones, y el beneficio neto se multiplicó por 4,2 veces, hasta 18,4 millones. La empresa vende el 85% de sus concentrados de cobre, zinc y plomo a China. Y emplea a 570 personas, de ellas 490 fijas.
La ayuda de 10 millones, ante el juez
Matsa ha conseguido lo que ninguna otra mina en Andalucía hasta ahora ante la Junta de Andalucía, en un doble sentido. En positivo, la explotación inicial de Aguas Teñidas se ha ampliado gracias a los permisos de la Junta con otros dos yacimientos más: el de Sotiel, que se ha reabierto, y Magdalena, una nueva mina abierta en la faja pirítica. Además, la compañía sigue teniendo perspectivas de descubrir más yacimientos ya que ha invertido 70 millones en investigación desde 2006 y este año destina otros 5 millones.
En negativo, la empresa ha acabado enfrentada en los tribunales de lo contencioso administrativo a la misma administración andaluza, en concreto a la agencia Idea, por una ayuda de 10 millones concedida por la Junta para apoyar la construcción de la planta minera de Matsa. La solicitud de reintegro, sustentada sobre el hecho de que la empresa pidió la ayuda cuando la obra ya había comenzado, se inició en noviembre de 2013. En junio de 2014, la agencia Idea desestimó el recurso interpuesto por Matsa, que llevó el asunto a un juzgado de lo contencioso administrativo. La empresa tiene dotados 11,8 millones por si pierde el juicio (incluidos intereses de demora).
A la fecha de firma de las cuentas anuales, en abril de este año, se esperaba una sentencia en breve plazo.
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