El Defensor del Pueblo Andaluz se niega a aceptar que la limitación de derechos sociales que ha dejado como legado la crisis se perpetúe en el tiempo. Es más, llama a “rebelarse” contra la interiorización casi inconsciente entre los ciudadanos de que lo perdido durante los últimos años será ya imposible de recuperar. Ése fue el mensaje que lanzó ayer Jesús Maeztu durante la presentación de su informe de 2015 en el Parlamento de Andalucía y, horas después, en los estudios de Acento Andaluz, el programa de Ondaluz TV.
Los datos le dan la razón. El 60% de las quejas que recibió durante el último año estaban vinculadas a parcelas cobijadas bajo del paraguas del Estado del Bienestar: educación, sanidad, dependencia o vivienda. Y eso tiene, a juicio del Defensor, una clara explicación: “Por mucho que nos hablen de la salida de la crisis, a mí las cuentas no me salen. Hay una continuidad en el tiempo de sus efectos”.
Frente a la apatía o la resignación, Maeztu receta “una respuesta de resistencia”. De lo contrario, la sociedad entrará “en un camino sin retorno en el que aceptaremos como normal la pérdida de lo conquistado”. En la solución deben implicarse las administraciones, a las que el Defensor achaca jugar con la “trampa” de celebrar haber dejado atrás la recesión para, al mismo tiempo, seguir aplicando la política de la tijera.
Sobre la reciente destitución de su adjunto Carlos del Barco, investigado por filtrar un falso desnudo de Teresa Rodríguez, líder de Podemos, reiteró que estaba avalada por la pérdida de confianza.
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