Un portavoz del CGPJ informó ayer a Efe de que el traslado de Tirado ya ha sido aceptado por el órgano de gobierno de los jueces y su efectividad está pendiente de que el nombramiento sea publicado en el BOE.
Rafael Tirado, titular del juzgado de lo penal 1 de Sevilla, fue sancionado con 1.500 euros por no encarcelar a Santiago del Valle, presunto asesino de la niña onubense Mari Luz Cortés, para cumplir una condena de 21 meses de cárcel por abusar sexualmente de su propia hija.
Dicha sanción fue recurrida en marzo pasado por los abogados del juez ante la sala de lo Contencioso del Tribunal Supremo.
El juez solicitó el traslado a este juzgado, que se encuentra vacante desde el pasado mes de abril, cuando su anterior titular, José Guillermo del Pino Romero, fue nombrado magistrado de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).
Rafael Tirado, de 46 años, ocupó los juzgados de Ceuta y de Lora del Río (Sevilla) antes de ser nombrado juez de lo penal 1 de Sevilla. Ex presidente andaluz de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM), Tirado ha recibido numerosos premios de asociaciones de ayuda a mujeres maltratadas y del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) por sus sentencias ejemplarizantes.
La reacción del padre de Mari Luz
Tras conocerse este traslado, Juan José Cortés, el padre de la pequeña Mari Luz, apuntó ayer que esta decisión "no es sinónimo de justicia", asegurando que lo que ha hecho Tirado es "una decisión personal y una retirada cómoda por la presión a la que puede estar sometido", a lo que añadió que "con este traslado no se hace justicia".
En este sentido, el padre de la pequeña insistió en que el juez sevillano "tiene que asumir una responsabilidad porque ha cometido una falta muy grave", del mismo modo que recordó que "no se ha hecho justicia porque Tirado ha tomado una decisión personal".
El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), tal y como indicó Cortés, "debe sancionar por una falta muy grave y no cambiarlo de juzgado por la desatención de responsabilidad que cometió en su día". Juan José Cortés concluyó que la justicia "tiene que ser igual para todos, tanto para jueces como para ciudadanos".
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