En román paladino

Demagogia

Se miren los parámetros y las cifras que se quieran éstos indican que las rentas del capital han superado por primera vez a las rentas del trabajo.

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Ni embuste, ni mentira, ni demagogia, ni exageración siquiera. España se ha convertido, con la excusa de la crisis, en el país europeo donde más ha crecido la desigualdad. Los que más ganaban han ganado mucho más. Los que menos ganaban se han depauperado.  Como consecuencia, las diferencias  se han ensanchado hasta crear una formidable zanja social que no produce sino desasosiego, inquietud y presagio de desestabilización.

Se miren los parámetros y las cifras que se quieran éstos indican que  las rentas del capital han superado por primera vez a las rentas del trabajo. Los asalariados han bajando notablemente en el reparto de la riqueza nacional  y los ricos, que han subido su participación, han perdido sin pudor  la conciencia social. No hablo del rico de la esquina sino de las grandes corporaciones y sociedades energéticas, financieras o digitales que ganan dinero hasta aburrirse y han encontrado la complicidad de muchos gobiernos para pagar un mínimo de impuestos.

Los soldados de a pie –la infantería de siempre - están empezando a sentirse descalzos, desprotegidos y cansados y ven a los de la caballería motorizada  progresar vertiginosamente sobre el terreno. Los que se están quedando atrás – asalariados, jubilados, funcionarios, desempleados… -  están cavilando sobre si es hora ya de lanzar un  órdago al presente estado de cosas. ¿Es eso  lo siguiente que viene? Si la mayoría de los damnificados se planta, las reglas del juego se cambiarán. Este es el reto que se empieza a vislumbrar en este final de año que es, a todas luces, también un final de ciclo. El capitalismo y la derecha, en España y en Europa, se han creído - tras las que ellos creen “concesiones” hechas en la creación del  Estado de Bienestar, que ahora entienden excesivas, del periodo de pacto social tras la Segunda Guerra Mundial  entre socialdemócratas y democratacristianos – en el derecho de recortar, reducir  y suprimir todo lo que les ha venido en gana.  Ahí reside el fondo del problema.

Éste es el relato de estos últimos años y ésta  la historia brevemente contada de las medidas del gobierno en España. En lugar de recortar en instituciones inútiles o en gastos clientelares y lograr unas administraciones y gobiernos verdaderamente frugales y austeros – como gustaba al norteamericano Jefferson - se ha cortado en los servicios ciudadanos.  Nada será igual tras esta crisis desestabilizadora. Lo que venga será diferente. Las reformas profundas están en la antesala ya. Pero estamos en la Unión Europea. Ahí está el límite.

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