Para todas las familias onubenses que un día despertaron frente a la realidad del Autismo, especialmente para Esteban, Lola y Guille. Siempre estando… sintiéndonos en los recovecos de la ausencia, como sombras contemplando la luz ajena. Siendo, siempre contigo, en los extramuros de la realidad atropellada por lo vertiginoso, por lo perdido. Guardianes de una caricia espontánea y taciturna. Taumaturgas/os incansables en la búsqueda de un espacio compartido e inclusivo. Alquimistas que modelan, con paciencia, los silencios. Buscando en los precipicios del afecto, regresamos cada mañana, con la esperanza de una caricia nueva o de una mirada vestida de complicidad y entendimiento. Luchando sin tregua, por respirar entre la calina del presente. ¿Dónde hallar el salvoconducto para encontrarnos sin esta permanencia dormida? ¿Dónde asirnos para no abandonarnos en el cansancio? ¿Cómo desgarrar los espejismos para hacer descansar, aunque sea levemente, al pensamiento? ¿Cómo guiarnos ante la incomprensión de quienes tienen olvidado el gabán de la equidad? La ceguera de la sinrazón, es “visible” en la poda extrema al bienestar integral, a la democracia y los principios de igualdad, normalización e integración social. El péndulo de la inmoralidad política y económica, continúa desmoronando las paredes del tejido asociativo, deteriorando las fortalezas de las personas con necesidades y problemáticas. Los recortes impuestos por algunos mercenarios pseudos ideológicos, juegan, entre tanto, a los sobres errantes, a la caligrafía simulada, al monopoly de los bunquers patrimoniales, al quién es quién en los salpicados regímenes de blanqueo de capitales, apostándose y restando, sin escrúpulos, la igualdad de oportunidades de especialmente, sectores poblacionales en condiciones de mayor vulnerabilidad, aislamiento y exclusión social. Mientras tanto, son los días superados, el equipaje de aquellas personas, que nunca sueltan las manos de quienes, desde su nacimiento, le hicieron jaque a la cotidianidad familiar. Innumerables madres y algunos padres, hacen de su existencia, un acto inquebrantable de amor y entrega. Aún así, las familias están sobrecargadas, asumiendo toda la protección, sin estar presentes en las agendas políticas, meciéndose en el limbo del abandono. Por eso, toda la ciudadanía debemos posicionarnos, apoyando también, la necesidad de la atención a las personas afectadas por el amplio espectro autista, a sus unidades convivenciales y/o familiares. Reivindicando, que los poderes públicos no pueden diezmar nuestros derechos, minimizándolos hasta el extremo, de encontrarnos completamente en una situación de desprotección y orfandad. Para la población onubense afectada por el espectro del Autismo, la respuesta se encuentra en la Asociación Ánsares, sito en la Plaza de los Templetes s/n. Unámonos a sus próximas actuaciones…
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