Desde que se vislumbraran los primeros efectos de la crisis allá por mitad de 2007 hasta ahora el deterioro de las economías familias ha sido más que evidente. Los bolsillos han ido vaciándose año tras año, lo que ha hecho que el consumo siga cayendo. Es lo que ha ocurrido en esta nueva campaña navideña, donde casi ocho de cada diez empresarios confirman una reducción de las ventas. De esta cantidad, más de la mitad insiste en que la merma ha estado entre el 15 y el 25 por ciento.
La ausencia de lluvias en todo el mes de diciembre, que suele ser un factor importante a la hora de animar el consumo, no ha sido suficiente. El menor presupuesto con el que contaban las familias para los regalos de Navidad se ha convertido en decisivo en el balance final. No en vano, las ventas son “prácticamente similares” a noviembre, por lo que en esta ocasión “no ha habido una marcada diferencia” con otros momentos del año, según García.
En cuanto a los sectores que más han acusado este varapalo en el consumo está la juguetería -se estima que seis de cada diez euros que ingresan lo hacen en Navidad- y la confección.
La mejora, el objetivo
En Navidad se da todos los años una situación curiosa: las familias regalan productos en Navidad y Reyes que sólo unos días después, en el periodo de rebajas, cuestan entre un 20 y un 50 por ciento menos. Cuando los presupuestos no estaban mermados por la coyuntura económica no importaba y muchos decidían no posponer la compra. Sin embargo, en esta ocasión sí que ha sido una opción elegida por la mayoría. Eso explica que, según García, durante la primera semana de rebajas se haya detectado “un pequeño incremento de ventas”.
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