Según sostienen inicialmente las acusaciones, el procesado estaba junto a la víctima en un todoterreno en la parte trasera del acuartelamiento de la Legión de dicha ciudad cuando, en el transcurso de una conversación y "de forma sorpresiva", sacó una pistola con la que presuntamente realizó tres disparos a su acompañante, causándole la muerte.
El acusado, que entonces tenía 19 años, se ha limitado a decir que ratificaba lo dicho hasta ahora y sólo ha contestado a las preguntas realizadas por su abogado defensor. Así, ha afirmado que no estuvo en el coche en el que sucedieron los hechos y ha asegurado que él no tenía ninguna cuestión pendiente con el fallecido.
Su defensa ha insistido en dejar claro al Tribunal Popular que el joven es zurdo y le ha preguntado también por si tenía alguna herida en la mano en la fecha de los hechos, ya que algunas personas habrían declarado a lo largo de la instrucción de la causa que tenía sangre, contestando el acusado que sí.
Tanto la Fiscalía como el letrado de la acusación particular, en representación de uno de los familiares del fallecido, han hecho constar las preguntas que tenían pensado hacer al acusado, relativas, entre otras cuestiones, a si había un problema con la víctima por una deuda y si tras los hechos se fue de la localidad en un taxi.
El ministerio fiscal acusa al joven por un delito de asesinato y por otro de tenencia ilícita de armas, solicitando una pena de 20 años de prisión. Además, como indemnización para los familiares del fallecido, pide el pago de unos 165.000 euros. El juicio continuará a lo largo de esta semana en la Audiencia de Málaga.
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