María José espera un donante de médula ósea compatible

Basta con la extracción de sangre a través de una máquina que recoge las células madre. Cualquier persona entre 18 y 55 años sin enfermedades graves puede hacerse donante

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María José Álvarez López es una joven de 26 años de La Pedrosa a la que diagnosticaron leucemia en el mes de marzo. Desde entonces ha estado en tratamiento, soportando bien la quimioterapia, pero surgieron complicaciones al detectarle también un cáncer del sistema linfático. Aunque en principio los médicos le dijeron que probablemente no necesitaría un trasplante, al dar la cara la segunda parte de la enfermedad le han confirmado que requiere una donación de médula ósea.
En el momento en que una persona enferma de leucemia, se inician los mecanismos para buscar un posible donante. Al principio tratan de que sea compatible al cien por cien, para evitar problemas de rechazo, lo que significa que las células del donante y del paciente se parecen tanto que podrán convivir juntas en el organismo del receptor. En algunos casos el donante puede ser un hermano o familiar directo, aunque en el caso de María José, y en el 70 por ciento de los pacientes que requieren un trasplante, no disponen de un familiar compatible, por lo que sólo podrán curarse si se localiza un donante.
Para ello se han creado los Registros de donantes voluntarios, de los que se encarga la Fundación Internacional José Carreras para la Lucha contra la Leucemia. Cuando pasa el tiempo y no consiguen ese “donante idóneo”, bajan la compatibilidad al 80 por ciento, ampliando así el margen de búsqueda, aunque con ello también las posibilidades de rechazo o secuela.
La necesidad de ese trasplante de médula que no llega ha impulsado a la familia de María José a promover su propia campaña de concienciación, pues consideran que no existe información suficiente sobre este tipo de donación. De hecho llama la atención que España se encuentre a la cabeza de Europa en trasplante de órganos, y por debajo de la media europea en lo que se refiere a donación de médula ósea.
“La gente piensa que se tiene que someter a una operación, meterse en quirófano, pincharse la médula, y todo eso ya no es necesario”, explicaba a este medio una tía de María José. Lo que se busca es sustituir las células madre defectuosas por otras normales procedentes de un donante sano, y estas pueden obtenerse de la médula ósea o también a través de la propia sangre. Son dos tipos donación diferente, según lo que requiera el paciente. En el caso de María José, es preferible la opción de la sangre periférica.
A través de la misma, al donante se le saca sangre para pasarla por unas máquinas denominadas separadores celulares. Se trata de unos equipos especiales que recogen las células madre y devuelven el resto de la sangre al donante a través de una vena del otro brazo. La duración del proceso oscila entre tres y cuatro horas, pudiéndose repetir al día siguiente si se precisan más células.
“Tan sencillo como eso”, destacaba la tía de María José. Para formar parte de ese Registro de Donantes de Médula Ósea, basta con tener entre 18 y 55 años y no haber padecido enfermedades graves o transmisibles. Los interesados pueden recibir más información y aclarar todas las dudas en el centro de transfusión de Jerez, o a través del teléfono 956033120.
Allí deberán facilitar sus datos básicos, consentir que se le extraiga una muestra de sangre para estudiar sus características de histocompatibilidad y que una pequeña cantidad de la misma sea guardada en el laboratorio para poder ampliar el estudio en el futuro. A partir de entonces formará parte de la red mundial de donantes voluntarios de médula, a la espera de que un paciente precise su donación.
Si esto ocurriera se le solicitaría una nueva extracción de sangre para realizar el estudio de compatibilidad en el centro donde se llevaría a cabo el trasplante y para analizar si hubiera padecido alguna enfermedad infectocontagiosa. Unos días antes de la donación se le administraría un fármaco para hacer circular las células madre de la médula por la sangre. “Entonces hacen la extracción de las células madre y te devuelven la sangre como si nada”, indicaba la tía de María José, destacando que se trata de un procedimiento sencillo, pero que puede salvar muchas vidas.
Aunque esta donación de sangre periférica no comporta ninguna compensación económica, tampoco implica unos gastos para el donante. El aparcamiento es gratuito, y además conlleva una analítica completa cada vez que se realiza una extracción, “por lo que es una forma de llevar un control médico”, señalaba la arcense como los beneficios de la donación, “aparte de saber que con un gesto tan sencillo se puede salvar a una persona”.

Compatibilidades

Gracias a la existencia del Registro se puede encontrar un donante en cualquier país del mundo. De hecho, la tía de María José reconocía que “es más probable encontrar un donante cien por cien compatible en Estados Unidos que en el propio pueblo”, aunque no por ello pierden la esperanza.
“Es difícil, pero no imposible”, como demuestra que cada día se encuentran donantes compatibles y se realizan estos trasplantes. Sin embargo, cuantas más personas sean donantes más posibilidades habrá de encontrar a la persona cuyas células mejor se adapten al organismo del receptor. Por ello, la familia de María José ha emprendido esta campaña de concienciación para, en la medida de sus posibilidades, y aunque sea a nivel local, animar a los arcenses a hacer donantes de médula ósea.
Con todo, no pretenden que se tome una decisión a la ligera, sino que sea algo meditado, pues “es muy duro para la persona que esté esperando el trasplante que el donante compatible cambie de opinión”, indicaba la familiar.
Quizás dentro de unos años, con los avances de la ciencia, no sea necesario esperar a que otra persona done su órgano o, en este caso, la sangre. Un primer paso está siendo el trasplante de sangre de cordón umbilical, un modelo por el que se está apostando a nivel nacional, siendo España el segundo país del mundo en número de unidades de sangre de cordón almacenadas.
A María José aún le queda un camino por recorrer, pero por desgracia otras personas tienen ya marcado un plazo que se agota, por lo que cada día que pasa hasta encontrar un donante cuenta.

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