En declaraciones a los periodistas en Sevilla, Navarro mostró su “gran sorpresa” ante este acontecimiento, que no tiene precedentes en Andalucía, añadiendo que en estos momentos la consejería está valorando el estado de la menor, así como del núcleo familiar para comprobar si ambos pueden permanecer con su familia y no es necesario que se aplique ninguna medida de protección como podría ser la retirada de la tutela.
No obstante, aseguró que, de momento, ambos se encuentran con su familia pues ya han recibido el alta médica, señalando que, en circunstancias normales y si no hay ninguna situación anómala, “permanecerán en el entorno familiar”. “Lo importante es que tanto la madre como el bebé estén perfectamente atendidos. Sí es así, se pueden quedar sin problemas en el entorno familiar, que es lo que estamos comprobando en estos momentos”, apostilló.
En caso de que se determine que los padres no están en condiciones de hacerse cargo de la menor y el bebé, la Administración “intentará reforzar la protección y evaluar si en su núcleo familiar extenso --abuelos o tíos-- pueden asumir esta responsabilidad”, explicó, apuntando que, de lo contrario, habría que tomar medidas porque “aunque haya sido madre es menor”.
La consejera informó de que el padre del bebé es también menor de edad, aclarando que hasta el momento del parto la pareja no había sido atendida por los servicios sociales de la Junta de Andalucía.
Los padres del bebé, que nació el pasado martes y que pesó 2,9 kilogramos, son de origen rumano y residen habitualmente en la localidad sevillana de Lebrija, junto a otros familiares.
En buen estado
El presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), José Manuel Bajo, expresó su confianza en que la salud física de la madre no se vea dañada, dado que el parto se ha producido de manera natural y sin necesidad de cesárea.
Sin embargo, los expertos consideran el embarazo precoz un problema de salud grave, tanto para la madre como para el recién nacido, hasta el punto de que peligra la vida de ambos y aumenta el riesgo de que el bebé sufra discapacidades.
En estos casos, apuntó Bajo, son frecuentes las césares, al no estar en la adolescente completada la maduración del esqueleto de su pelvis, por lo que la cabeza del feto no es capaz de atravesar el canal óseo que le conduce al exterior. La mortalidad en los nacimientos entre los hijos de madres menores de 17 años triplica la existente entre las de 20 a 29 años.
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