En principio, el Ayuntamiento parece dispuesto a ofrecer esta posibilidad a los vecinos que residen en zonas inundables a medida que se vayan construyendo nuevas viviendas en el Jerez rural. Eso sí, con la clara advertencia de que los inmuebles que sean desalojados serán demolidos de manera inmediata, impidiéndose además que la construcción de nuevas edificaciones.
El planteamiento municipal parte de la base de que “cuando un río quiere avanzar, no hay muchas cosas que lo impidan”, en clara alusión a la situación de irregularidad en la que se encuentran muchas de las viviendas afectadas por las crecidas del Guadalete. Incluso, Pilar Sánchez aludió -a modo de ejemplo- a la ubicación en la que se encuentra la venta La Cartuja, cuyo sótano fue incluso “un molino de agua” en una época anterior, algo que facilita que establecimiento sea cubierto por las aguas.
De este modo, quienes viven en casas construidas “en zonas inundables se arriesgan a que cuando caigan 1.000 litros en Grazalema vuelva a ocurrir lo que ha ocurrido estos días”.
Por este motivo, Pilar Sánchez es de la opinión de que “una de las mejores cosas que se pueden hacer” ahora es procurar que los vecinos de las zonas afectadas “vayan tomando conciencia y se vayan trasladando”, una tarea en la que se encuentra ya el Ayuntamiento.
El Gobierno local no se ha fijado plazos para culminar todo este proceso, que deberá llevarse a cabo “poco a poco” y en función de la disponibilidad de los vecinos. En cualquier caso, Pilar Sánchez recordó que en la mayor parte de los casos, las viviendas inundadas ni tienen escrituras “ni las van a tener nunca”, ya que fueron construidas sobre superficies inundables.
La regidora volvió a defender la gestión realizada por el Ayuntamiento en estos últimos días, avanzando su intención de convocar en los próximos días al Consejo Local de Medio Ambiente para que tanto los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente como de la Agencia Andaluza del Agua puedan explicar con todo detalle que proceso se siguió desde el inicio del temporal.
Por último, Pilar Sánchez comparó los efectos del temporal con los registrados en 2003. Mientras en esta ocasión apenas 15 familias han solicitado ayudas, entonces fueron “centenares”.
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