Málaga, 6 de junio de 1990. La editorial Plaza y Janés se convierte en escenario de un evento paranormal que marcaría su historia. En plena tarde, durante un curso de comerciales, los empleados Rafael Ortega, Diego Barranco y Joaquín García se ven envueltos en un caos inexplicable.
Ruidos estrepitosos, objetos que se mueven solos, mesas que se desplazan, tubos fluorescentes que estallan y cerrojos que salen disparados. El pánico se apodera de ellos, y buscan ayuda tanto en la iglesia como en la policía.
El agua bendita y la intervención policial no parecen aplacar la fuerza invisible que domina la oficina. Una huella misteriosa en la estantería caída y la ausencia de signos de robo añaden más misterio al caso.
El edificio de Plaza y Janés se alza sobre un terreno con un pasado turbulento. Un antiguo convento del Císter, un cementerio de monjas y sacerdotes, y la proximidad a la mezquita de la Málaga musulmana crean una atmósfera cargada de energía.
¿Fantasmas del pasado, fuerzas telúricas o un simple engaño?
La respuesta al enigma de Plaza y Janés sigue siendo un misterio. Un caso que invita a reflexionar sobre la existencia de lo paranormal y el poder de la sugestión.
Un dato crucial emerge en la investigación del caso Plaza y Janés: la presencia de una sensitiva llamada Celeste, quien en un momento crucial pregunta: "¿Quién es Miguel?". Esta pregunta abre un nuevo capítulo en el misterio.
Los empleados de la editorial revelan la existencia de un antiguo compañero, Miguel Domínguez, que agobiado por problemas personales se suicidó arrojándose desde un balcón. Lo más intrigante es que la exhumación del cuerpo de Miguel coincide con la hora exacta en que se producen los fenómenos paranormales en la oficina: las seis de la tarde del 6 de junio.
¿Existe una conexión entre la tragedia de Miguel y los eventos inexplicables? La duda persiste, alimentando la sospecha de una posible influencia del más allá. Algunos empleados incluso afirman haber visto una aparición fantasmal en la zona de los servicios.
La maldición de Plaza y Janés
Tras el cierre de la editorial, ningún otro negocio ha prosperado en el lugar. Bares, cafés y otros establecimientos han fracasado, como si una extraña maldición pesara sobre el edificio.
Investigadores como José Antonio Gallardo del grupo CICE y el periodista Francisco Contreras han ahondado en este misterio, aportando valiosa información para comprender sus múltiples aristas.
Treinta y cuatro años después, el caso Plaza y Janés sigue siendo un enigma. Un recordatorio de que la realidad puede ser más compleja de lo que imaginamos, y que la búsqueda de respuestas a lo inexplicable continúa siendo un desafío apasionante.
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