El Partido Popular desempolva cíclicamente el discurso de las décadas y los lustros sin alternancia política en Andalucía. Primero con los 25 años, luego con los 30 y ahora con los casi 40, innumerables dirigentes populares nacionales y autonómicos llevan más de una década intentando convencer a los andaluces de que resulta necesario un cambio de color político en el gobierno de la Junta para acabar con una “anomalía democrática” que han provocado los ciudadanos con su voto. El último en cuestionar la madurez electoral de los andaluces ha sido Pablo Casado, el presidente nacional del PP: “Es inédito y una anomalía que en Andalucía siga gobernando el PSOE tras 40 años de nefasta gestión”.
Claro que el flamante nuevo líder popular no podrá presumir de originalidad. Su antecesor Mariano Rajoy defendió “el derecho a la alternancia política tras 30 años de gobiernos socialistas en Andalucía, esencial y necesaria en democracia”. Jaime Mayor Oreja recurrió al símil del nazismo para alentar a sus compañeros populares a procurar la alternancia en Andalucía. Alberto Núñez Feijoó sostuvo que la Transición española solo se completará cuando en Andalucía gobierne un partido distinto al PSOE. Esperanza Aguirre dijo estar segura de que PP gobernará en Andalucía porque por “higiene democrática se tiene que producir la alternancia”. Y así muchos otros.
A estos mensajes que llegan desde Madrid u otras comunidades está abonado el presidente del PP andaluz y candidato a la presidencia de la Junta. Juan Manuel Moreno ha afirmado, en no pocas ocasiones. que en Andalucía “no se consolidará de una vez por todas” el Estatuto de Autonomía y la Transición hasta que se produzca “ineludiblemente” la alternancia política “por higiene democrática”. En parecidos términos se ha pronunciado también su mano derecha, el portavoz de los populares andaluces y presidente del potente PP de Málaga, Elías Bendodo.
Con ese manoseado argumentario, el Partido Popular no ha logrado la alternancia deseada. Sin embargo, se agarra sistemáticamente al mensaje de lo mal que votan los andaluces -a veces aliñado incluso con denuncias de voto cautivo o de la red clientelar- como asidero para intentar asaltar el Palacio San Telmo, sede de la Junta de Andalucía. Algún día, sin duda, se producirá la alternancia, pero hasta la fecha los andaluces llevan muchas elecciones diciéndole a los populares que con ese discurso no van a ganar su confianza.
PD. También el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ha reivindicado la alternancia en esta comunidad después de varias décadas siendo gobernada por “los mismos”.
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