El perfil del trabajador sevillano sigue siendo el mismo: camarero, vendedor o peón, con contrato precario y escaso sueldo, un mercado laboral en el que ya se vislumbra una nueva época de recesión en la que el crecimiento del sector hotelero y turístico no ha venido acompañado de creación de empleo, con un 95% de contrataciones temporales y la mitad cobrando mil euros o menos.
“La situación del empleo no ha mejorado ni cuantitativa ni cualitativamente”Éstas son, de nuevo, las características de la realidad socioeconómica de la provincia de Sevilla, según el informe anual que realiza CCOO de Sevilla, que en boca de su secretario, Alfonso Vidán, además ha exigido al Gobierno municipal de Juan Espadas que se regulen ya los apartamentos turísticos, planes de movilidad específicos para Cartuja y Palmas Altas, y la creación de la comisión de seguimiento del Plan Estratégico, alertando de la burbuja hotelera ante la proliferación de nuevos establecimientos y de su oposición a una bajada generalizada de impuestos.
“La situación del empleo no ha mejorado ni cuantitativa ni cualitativamente”, resumía Vidán, ante unos datos que reflejan que el paro sólo ha bajado un 0,33% respecto a 2018; el 95,5% de los contratos son temporales y el 32,4% de los fijos, a tiempo parcial; el 33,5% de los parados no tiene ningún tipo de prestación - de "kafkiana" tachó la normativa para la renta mínima, que ha resuelto menos del 10% de solicitudes-; se incrementa la brecha laboral y salarial entre hombres y mujeres; los jóvenes están en paro en un 26,3 y su sueldo medio es de 371 euros al mes; mientras casi el 60% de los trabajadores gana, de media, mil euros o menos, amén del incremento en la siniestralidad laboral, con 641 accidentes más y cinco víctimas más hasta julio de este año.
El perfil del trabajador es el mismo. “No entra ninguna nueva profesión”, decía Vidán. Camarero, vendedor, artesano o peón para manufactura o construcción, un perfil en el que redunda la escasa formación y la temporalidad, lo que redunda en más siniestralidad. Y cuando denuncian a la Inspección, “ni siquiera sabemos cómo terminan, no nos dan datos”.
“Así no puede crecer la economía”, decía Vidán mientras desgranaba un tejido económico en el que la mitad son autónomos, es decir, no crean empleo y la práctica totalidad de las empresas tiene cinco o menos empleados, un sector agroalimentario que sigue sin apostar por ser industria, un sector comercial en plena adaptación, y un sector turístico y hostelero marcado por la escasa regulación de pisos turísticos y un desmesurado incremento de establecimientos que puede llevar a una “burbuja”. Y en el aspecto turístico, incide: el incremento en 1,2 millones de visitas de 2018 sólo se tradujo en 965 nuevos empleos con una media de 675 euros de sueldo.
Lagoh: sólo habrá dos autobuses
Reiteró la apuesta de CCOO por una tasa turística, tal y como plantea el Gobierno de Juan Espadas pero a éste le advirtió que no aceptarán una bajada generalizada de impuestos, le exigió la puesta en marcha de la comisión de seguimiento del Plan Estratégico y la redacción urgente de planes de movilidad tanto para Cartuja como para Palmas Altas. En el primer caso, además de ser necesario cerrar el núcleo de Cercanías con su conexión al Metro, pidió retomar la lanzadera de Tussam mejorando el servicio para evitar que la baja demanda que provocó su eliminación, y advirtió de los problemas que se derivarán de la apertura del centro comercial Lagoh en Palmas Altas: “la nueva línea 35 sólo tendrá dos autobuses”, ejemplificaba.
Fue especialmente crítico con el uso excesivo de las subcontratas en la industria, con la “precariedad y piratería” en el sector de la construcción y las licitaciones a la baja en limpieza y servicios de las administraciones, a las que les exigió que vigilen las condiciones de solvencia de las adjudicatarias, desmitificó la bajada de la ratio en educación -que no se cumple-, la exclusión financiera en pueblos y barrios, y la “incomunicación” a la que se verá avocada la Sierra Sur con la supresión de líneas de media distancia, algo que se podría suplir con una red de cercanías, que “quizás no sea rentable pero sí será un servicio público”.
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