El pobrecito hablador

Orgullo para homófobos

No recelo de que un “español de bien” quiera quitarme mi heterosexualidad a hostias

Publicado: 01/07/2019 ·
17:27
· Actualizado: 01/07/2019 · 17:29
  • Marcha del Orgullo en Caracas. -
Autor

Francisco Palacios

Palacios es matemático y programador. Publicó su único libro hace ya unos años y sigue siendo el autor más leído de su calle

El pobrecito hablador

Escribo sobre lo que me gusta, pero sobre todo sobre lo que me disgusta, como un grito desesperado para no ganarme una úlcera

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Mira que lo intento; me prometo a mí mismo no volver a escribir sobre este tema, pensando, iluso de mí, que no hace falta. No ni na.

Hoy me quiero dirigir a todos aquellos que, ante el Día del Orgullo, estrechan la nariz como al que llega una tufarada a pescado podrido, cuando el cubo de basura lo llevan encima de las cejas, a los que se refugian en lo “normal”, cuando lo normal es un invento del miedoso para refugiarse de lo diferente.

Deberíamos estar contentos de no tener que celebrar un Día del Orgullo Hetero. Porque no temo que me den una paliza por besar a una chica. No tengo miedo a que quieran curarme de mi heterosexualidad. No recelo de que un “español de bien” quiera quitarme mi heterosexualidad a hostias. Nadie me dirá nunca si no tengo miedo de tener hijos heterosexuales, ni chulearé de tener un montón de amigos heterosexuales, como tampoco nadie me va a preguntar quién hace de hombre y quién de mujer en mis relaciones sexuales.

Se trata de una lucha por Derechos Humanos. Hablamos de igualdad, como el feminismo. El Día del Orgullo es una fiesta reivindicativa, que a pesar de estar en el siglo XXI, se hace más necesaria, sobre todo ahora que VOX se ha apropiado de buena parte del discurso político de este país. Es un partido que habla de lobbies y chiringuitos. Lobbies de recibir hostias y palizas. Chiringuitos de insultos y amenazas. Intentan tapar una realidad social con una bandera y recluyendo fiesta donde no moleste. A ellos, claro.

Pero lo que realmente me fascina es la actitud de Ciudadanos y PP, que con una mano abanderan la defensa del colectivo LGTBI y con la otra acarician el lomo de quienes ladran contra ellos. Pocas veces la hipocresía ha sido llevada con tanta caradura y desfachatez. Aunque no me sorprende. Que es lo peor.

Mucho me temo que, o cambian las cosas, o cualquier día de estos veremos una cabalgata de carrozas repletas de hombretones con pantalones marcando paquete y nalguerío, lanzando chistes de mariquitas de Arévalo por la megafonía, y con algún representante del macherío patrio dando el pregón. Aunque con tanto machote junto, habrá mucho roce. Que corra el aire, ¿no?

Si me dan a elegir entre amar y odiar, me quedo con lo primero. y con mucho Orgullo. Porque, al final, de eso se trata. De Amor.

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