Andalucía

Vox ruge, pero sigue sin morder

Amenaza con no negociar el Presupuesto andaluz si Casado no se disculpa por atacarles. Luego tilda de “ridícula” la reforma fiscal de PP y Cs pero la apoya

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  • Francisco Serrano (Vox) y el presidente Juanma Moreno (PP) se saludan este jueves en el Parlamento. -
  • El PP dice que no ofendió: no son extrema derecha, sino que están en el extremo de la derecha
  • El consejero de Presidencia aplaca los ánimos y les dice que son “un partido serio e imprescindible”
  • Cs le pide sentido común a PP y Voz mientras la oposición ni se inmuta al considerar que no habrá consecuencias

Mucho amenazar, pero por ahora sin que llegue la sangre al río. Vox ha vuelto a repetir en el Parlamento andaluz un patrón de conducta que empieza a ser una constante: pone el grito en el cielo ante el PP, pero a la hora de la verdad apoya la medida de turno con sus votos. Así que mucho rugir pero poco morder, al menos hasta la fecha. Si al final es verdad que todo esto tiene sus consecuencias y estamos ante una reedición política del cuento de Pedro y el lobo, lo cierto es que el lobo de turno (el cumplimiento de sus advertencias) se está retrasando lo suyo.

Recapitulando, todo lo anterior viene después de que el presidente nacional del PP, Pablo Casado, calificara a Vox como un partido de extrema derecha y arremetiera contra su líder nacional. Santiago Abascal. La formación ultraconservadora se ha sentido ofendida y, tras algún que otro tuit amagando de nuevo con que no van a respaldar el Presupuesto, este jueves le daban forma a la amenaza: si Casado no se disculpa, ni se sentarán a hablar con PP y Cs para las cuentas andaluzas. Eso sí, a renglón seguido, y tras una intervención muy crítica en la que llegaron a acusar a la Junta de “vender humo” y ser “deshonesta”, respaldaba con sus votos la reforma fiscal que defendía el consejero de Hacienda pese a que llegaba a tildarla de “ridícula” y de “tomadura de pelo”.

Vox, no obstante, quiso rodear de misterio su decisión y no adelantó el sentido de su voto en una intervención previa que hizo su portavoz parlamentario, Alejandro Hernández. Ahí fue donde exigió unas disculpas públicas de Casado, “una explicación clara y contundente”, o no se sentará con PP y Cs a negociar el Presupuesto, lo que en la práctica supondría dar carpetazo a la legislatura porque las cuentas ahora en vigor son las de 2018 prorrogadas.

Además de subrayar en que tiene que ser el propio Casado el que se excuse, porque es el que ha ofendido y por lo tanto no les valdrían explicaciones ni del mismísimo presidente de la Junta, Juanma Moreno (PP), garantizaron que esta vez van muy en servio. “Esto no es una rabieta o una reacción desmesurada, es que hay muchos incumplimientos objetivos de los acuerdos que firmamos, y si a esto le añadimos la ofensa… Han echado gasolina al fuego”, resumía Hernández.

Pero este fuego, una vez más, parece que era de artificio, pura pirotecnia, porque en la sesión de este jueves respaldaron las dos grandes medidas que llevaba el Gobierno, la rebaja fiscal y una reforma del Estatuto para eliminar los aforamientos. De todos modos, a rebajar la supuesta tensión no ayudó el portavoz parlamentario del PP, José Antonio Nieto, que le vino a decir a Vox que tiene que madurar como partido, que tiene “mandíbula de cristal” y, que igual que dan golpes, tienen que aprender a encajarlos.

Por su parte, el vicepresidente andaluz y líder de Cs en Andalucía, Juan Marín, aseguró que no va a “poner etiquetas” a ningún partido y que no comparte “en absoluto” las palabras de Casado sobre Vox. Sin entrar en la polémica, reclamaba a ambos es que “el sentido común impere”.

Desde la oposición tampoco entraban al trapo, limitándose José Ignacio García, de Adelante Andalucía, a señalar que este rifirrafe evidencia que el Gobierno de la Junta “es rehén de la extrema derecha”, mientras que, desde el PSOE, Mario Jiménez decía que las “bravuconerías” de Vox no tendrán “consecuencias” porque son “la derechita cobarde en Andalucía”.

Cuestión de gramática

Desde el PP, José Antonio Nieto se embarcaba en una discusión gramatical: Casado no tiene que disculparse porque no ha ofendido a nadie, lo que dijo fue que Vox está en el extremo de la derecha, no que sea extrema derecha. “Vox es al PP lo que Podemos para el PSOE”, vino a ejemplificar.

La misma equivalencia la usaba también el consejero de Presidencia, Elías Bendodo, que cuando ya se sabía que Vox respaldaba la rebaja fiscal saltaba a la palestra para decirles que son “un partido serio”, que son “parte del cambio en Andalucía”, que son “imprescindibles”... Una cascada de elogios para calmar los ánimos y que el lobo siga sin venir, si es que viene.

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