Lo nuevo de esta campaña es que hay un partido que todas las encuestas de opinión –unánimemente- sostienen no solo que va en cabeza sino que gana, sin duda alguna, las elecciones del 28 de abril. Igualmente es evidente que la mayoría absoluta está muy lejana de todos los partidos, incluido del más que previsible ganador, el PSOE. Sin embargo, esa victoria electoral asegurada no le garantiza la formación del gobierno por la sencilla razón de que el parlamento fraccionado que se espera en el próximo Congreso de los Diputados hace posibles distintas alternativas de gobierno e incluso la repetición de elecciones por la imposibilidad de pactos entre los grupos parlamentarios. Es una anomalía que deberá cambiar si se quiere que España sea un país medianamente estable, que supere retos de país tales como el futuro de los pensiones, la dificultad para erradicar o poner en los niveles medios El viernes giró la campaña sobre sí misma a raíz de la polémica sobre los debates electoras. El PSOE se resistía porque la campaña le iba muy bien y finalmente se ha llegado a un panorama nunca visto antes hasta ahora de dos debates seguidos –ayer lunes y hoy martes -. Es verdad que es una situación de si no querías caldo, o café o té, pues dos tazas. Democráticamente es muy conveniente, mediáticamente es evidente que una semana o tres o cuatro días de lapso entre uno y otro es mucho más adecuado. Tan importante cambiar la normativa para que los debates sean obligatorios y plurales como eliminar las restricciones a la publicación de las encuestas la última semana de campaña.
Van a ser 24 horas de infarto para los candidatos y para los estados mayores de los partidos que intervienen. El rigorismo de las normativas electorales impide que los partidos nacionalistas no estén presentes y tampoco el nuevo partido Vox que ha destapado una vez más sus esencias diciendo, como ha hecho su vicepresidente Víctor González Coello de Portugal, que si puede cerrará la cadena de televisión de Atresmedia, la Sexta. Unas aspiraciones tan antidemocráticas como tantas otras ocurrencias, de las que se desdicen a los pocos minutos de haberlas lanzado, pero se sigue hablando de ellas, que era la finalidad al lanzarlas al mercado electoral. El lenguaraz Rafael Hernando, ahora candidato al Senado, dice que hacen estas propuestas tras el quinto gin-tonic.
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