Lejos, muy lejos está el afán de que estas hablillas se conviertan en un almanaque, ya que o bien arrancan o en algún renglón se alude al tiempo, a la semana, a la estación. Lejos también andan los clichés, los lugares comunes en literatura, pero que no dejan de ser recursos o motivos para empezar. En estos días leemos que nos encontramos en el mes de Marte, el primero del año romano señalado a Minerva, cuyos Idus estaban consagrados a Mercurio. Se celebraban las fiestas matronales, donde las mujeres, coronadas de flores, iban al templo de Juno. La solemnidad terminaba con un banquete que sus maridos les ofrecían.
Son detalles curiosos que se rescatan en este mes de temporales y que desde hace unos años está ligado a la mujer. Televisión española rescató la entrevista en que Maruja Mallo, pintora surrealista, contaba cómo la apedrearon por quitarse el sombrero en la Puerta del Sol en Madrid. Fue un acto de valentía que abrió una grieta para que fuera entrando la luz del conocimiento, del arte, de una vida particular que podía discurrir paralela a la cotidianeidad, un jirón de libertad.
Las Sinsombrero dieron el primer paso con visibilidad y desde entonces hasta ahora no ha parado la marcha, lenta pero segura, con la razón en una mano y la solidaridad en la otra, soportando temporales, cayendo, demostrando nobleza al levantarse, agrandando la grieta para que pasaran las demás. Quienes peinamos canas recordamos el momento en que nos señalaron esta jornada. Fue una clase didáctica donde hablamos durante una hora con incertidumbre porque estábamos acostumbradas a contestar.
La experiencia resultó muy interesante y positiva. Hoy valoramos aquello como un paso de gigante en cuanto a nuestros principios, los cimientos de nuestra opinión, la formación de nuestras ideas. Aquellas grietas son hoy puertas que van abriéndose más, por las que vamos pasando con la igualdad por bandera, salvando escollos pero avanzando. El ayuntamiento local ha programado talleres, conferencias, un conjunto de actividades a las que se les puede aplicar el lema de este año, que suena firme y concluyente: tú eres la fuerza, añadiríamos también impulso, templanza, paciencia, razón, mesura, escucha, resiliencia.
Sirvan estas líneas para abrazar a las obreras que se lanzaron a la calle en marzo de 1857, a las pilotaron un avión o cuidaron enfermos durante las guerras, a las Sinsombrero, a las científicas, a las que abandonaron el seudónimo para firmar sus obras, a las bomberas, barrenderas, chefs, albañilas, labradoras, fontaneras, a las amas de casa. Que este abrazo nos contenga y conforte siempre.
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