El Loco de la salina

Esto no tiene solución

No hace mucho disfrutaban tirando papelillos y serpentinas al aire y a la gente.

Publicado: 11/03/2019 ·
01:34
· Actualizado: 11/03/2019 · 01:34
Autor

Paco Melero

Licenciado en Filología Hispánica y con un punto de locura por la Lengua Latina y su evolución hasta nuestros días.

El Loco de la salina

Tengo una pregunta que a veces me tortura: estoy loco yo o los locos son los demás. Albert Einstein

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Nadie sabe cómo será el futuro. Muchos los locos que hay en este manicomio prefieren olvidarse del pasado, pasar del presente y no pensar en el futuro. La mayoría lo que quiere es darse una vuelta por ahí y que los dejen tranquilos decir todas las pamplinas que se les ocurran. La cuestión es que tal como están las cosas el futuro se nos pinta bastante negro y sin solución. No hace falta darle muchas vueltas a la cosa ni plantear situaciones raras. Solamente se tiene uno que fijar en algo que tenemos muy cercano: el Carnaval. Hemos salido a la calle y hemos observado lo que se desarrolla en ella. Decía Mahatma Gandhi: “El futuro depende de lo que hacemos en el presente”.

Pues bien, ¿han observado ustedes cuáles son las preferencias de los niños, que evidentemente son el futuro, cuando salen a la calle ahora en Carnaval? No hace mucho disfrutaban tirando papelillos y serpentinas al aire y a la gente. Sin embargo ahora lo que quieren sobre cualquier otra cosa son los botes de spray que tiran esa espuma asquerosa que se pega en la ropa y la echan a perder. Manejan las serpentinas, pero no están convencidos de que esas serpientes de colores sirvan para divertirse. Miran los papelillos como algo perteneciente a una época lejana. Y ¿saben ustedes por qué? Los locos hemos investigado el tema con una paciencia benedictina y hemos llegado a la certera conclusión de que eso se debe al vicio tan horroroso que tienen con los móviles. Así, como suena.

Para muchos niños no existe la calle, ni los juegos callejeros, ni el deseo de que el sol les dé en la cara, ni exponerse al aire fresco de la tarde…Lo que quieren es tener el móvil bien agarrado y tirarse las horas muertas con la vista pegada a la pantallita dándoles marcha a los deditos una y otra vez. De ahí que en Carnaval lo que les mola son los sprays, porque les hace mover los deditos con la misma habilidad con que manejan los móviles. Por eso el futuro pinta más negro que un grillo disfrazado de alquitrán por la noche.

Dentro de unos años se celebrarán Carnavales consistentes en que cada chirigota, comparsa o coro (si se conservan, que esa es otra) tendrán a sus componentes concentrados en sus respectivas casas cantando por el wassap y entregados en cuerpo y alma a sus respectivos móviles. Vivir para ver. Ya habrán desaparecido las serpentinas, los papelillos, los disfraces y solamente se multiplicarán los aparatitos diseñados para no moverse, para arrinconarte y para que los deditos se puedan aplicar a toda velocidad a la tarea de bailar de un lado a otro de la pantallita.

Atrás quedará para la historia el simpático sentido de aquellos estribillos famosos como el del Coro de Puerto Real Los caballeros del antifaz que decía hace más de 50 años: “Papelillos, papelillos y serpentinas / yo te quiero por tu cara tan divina / me conoces o no me conoces tú / muchachita radiante de juventud / papelillos, papelillos y serpentinas / son las cosas que en la fiesta se originan / tú no te enfades que es una broma que dan / los caballeros del antifaz”.

Para el futuro se conservarán muy poquitas bromas, y los cantes se quedarán seguramente recluidos en los manicomios. Los cuerdos pasarán por la puerta pendientes a sus móviles y a sus sprays, oirán cómo cantan los locos y pensarán con cierto desprecio: “Pobrecitos, se les ha ido el coco”.

 

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