Así, el presidente del PP-A, Javier Arenas, apostaba ayer por un “consenso” entre los partidos sobre los salarios de los cargos públicos y reclamaba que no haya ningún representante público autonómico, local y de empresas públicas de ambas administraciones con más sueldo que el presidente de la Junta.
Arenas diferenciaba entre estos cargos y los presidentes de las cajas de ahorro y los alcaldes, ya que mientras en el primer caso son entidades “mixtas” que no son ni públicas ni privadas en su totalidad, en el caso de los dirigentes locales, debe hacerse “de común acuerdo” con las fuerzas políticas.
A pesar de ello, sí que dijo que, en lo que se refiere a su partido, “intentará” que no haya ninguno que tenga una mayor retribución que el presidente de la Junta, porque el jefe del Ejecutivo es quien tiene “mayor responsabilidad”.
“Yo de lo que estoy hablando es del Parlamento, de la Junta, de las corporaciones locales, y de las empresas públicas dependientes de la Junta y de las corporaciones locales. Más claro el agua y es una propuesta que llevo haciendo años, no es novedosa”, recalcó Arenas, quien advirtió de que el principal problema estará en las empresas públicas.
“Compartimos la congelación, aunque nos parece que no se debe quedar ahí, se tiene que ir a más con la decisión de que no haya ningún responsable público que tenga ingresos superiores al presidente de la Junta”, subrayó.
Regulación de las empresas públicas
Mientras, el consejero de la Presidencia, Antonio Ávila, aseguraba ayer que la Junta no descarta que en los presupuestos para 2010 ya se contemple una regulación de los sueldos de los altos cargos de las empresas públicas, un análisis que ya ejecuta la Consejería de Economía y Hacienda, por lo que habrá que esperar al borrador que presente el departamento de Carmen Martínez Aguayo.
Ávila apuntó, ante la petición del PP de que ningún alto cargo gane más que el presidente de la Junta, que Javier Arenas debe dejarse de hacer “populismo” con este asunto, ya que hay presidentes autonómicos del PP que ganan más que José Antonio Griñán.
Además, señaló que la reflexión sobre estos sueldos se hace en un contexto en que las administraciones “estamos en un proceso de reflexión sobre el conjunto del gasto que se produce”.
Mientras, IU quiso dar ayer un paso más allá en la política de austeridad que el Gobierno andaluz va a aplicar congelando el sueldo de sus altos cargos y pedía que este tipo de medidas se apliquen también a los responsables y altos directivos de las empresas privadas, bancos y cajas de ahorro.
Valiente incluso con la empresa privada y la banca
“Es el momento de ser valiente”, dijo ayer el líder de IU, Diego Valderas, ya que cuando se está al borde de alcanzar el 30% de parados “ha llegado la hora de, no sólo congelar los salarios de los cargos públicos, sino de meter tijera en el sector privado”.
En una proposición no de ley, IU pide al Gobierno andaluz que exija al Central que en los presupuestos para 2010 se establezca una medida de congelación salarial de los altos cargos y que negocie con los representantes de los empleados públicos las condiciones salariales de los funcionarios, promoviendo la moderación sin imponer la congelación salarial.
De este modo, se evitaría el "desnivel" que se produce cuando un cargo público gana más que el presidente de la Junta de Andalucía, según Valderas, quien "no comparte que haya gente con sueldos mayores que el máximo representante de los andaluces".
Además, IU cree que este tipo de medidas deben aplicarse también en la empresa privada y así pide que el Gobierno central establezca las medidas legislativas necesarias para que los responsables de las entidades financieras y las empresas de los principales sectores del país asuman un compromiso social de acabar con los privilegios de sus directores y ejecutivos.
De este modo, la coalición pide que se fije un salario máximo para los directores y que se prohíban las dietas, primas, incentivos y gratificaciones por resultados en operaciones financieras o de inversión.
Para Valderas, esta iniciativa es "más seria y de más largo alcance" de lo planteado por el PSOE y el PP, que se limitan a "hablar del chocolate del loro", pero no se atreven a abordar el problema en su complejidad.
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