En una calle sin ventanas

Paisajes publicitarios

Han pasado bastantes meses y nada ha cambiado. El olvido como forma de superación de problemas hasta que una situación clave nos devuelva al punto de...

Publicado: 03/10/2018 ·
23:47
· Actualizado: 03/10/2018 · 23:47
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Autor

Luis Morales Quesada

Luis Morales Quesada, autor de este blog, es experto en Gestión y Conservación del Patrimonio

En una calle sin ventanas

Una reflexión sobre la importancia de conservar y poner el valor el conjunto histórico de Jaén y muchas cosas más…

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Han pasado bastantes meses y nada ha cambiado. El olvido como forma de superación de problemas hasta que una situación clave nos devuelva al punto de partida.

A finales del mes de enero del presente año una empresa decidió talar unos cipreses de la avenida de Granada para que sus vallas publicitarias pudieran apreciarse mejor. Como si esos cipreses no tuvieran por finalidad ocultar y tamizar vallas, olivares y taludes poco vistosos. Un despropósito, y lo que es peor, una demostración de que Jaén es una ciudad donde la impunidad campa a sus anchas. O así lo creyeron algunos. La reacción tardía del gobierno local llegó en forma de varios anuncios y algunas promesas: entre ellas la de redactar una ordenanza para regular este tipo de publicidad y el compromiso de que la Policía Local actuaría contra todas las vallas que estuvieran mal colocadas o invadiendo el dominio público, llegando a retirarlas si fuera el caso.

Desde entonces nada ha cambiado, salvo que los cipreses vuelven a crecer lentamente allí donde se talaron. Pero ni se ha vuelto a saber de la prometida ordenanza ni tampoco se han observado actuaciones en esta materia contra las que puedan estar invadiendo el dominio público. La avenida de Granada sigue siendo un espectáculo de variados carteles publicitarios de todo tamaño y orientación. Y si bien no está claro cuántos pueden estar invadiendo espacio de todos, el caso más llamativo se da en la rotonda de la entrada inferior del Ferial donde no solo se intercalan cipreses y vallas, sino además dos enormes estructuras tapan algunos de estos que vienen creciendo entre sus hierros a duras penas. Un espectáculo.

Si otras ciudades hacen de sus accesos lugares dignos y atractivos que adelantan al viajero una primera imagen del lugar al que se acercan, Jaén, con su capacidad paisajística inigualable, se ha convertido en especialista de lo contrario. Si por la avenida de Granada se sufre el caos publicitario no es mucho mejor lo que ocurre en la antigua carretera de Córdoba. Que a las vallas se le suma un homenaje al horror vacui en forma de rotonda que atenta contra cualquier gusto urbano.

Resulta necesario atajar cuanto antes este asunto y no aprovecharse del olvido de estos meses. Esa ordenanza debe salir adelante y ese compromiso debe llevarse a ejecución. Los valores paisajísticos de esta ciudad no solo merecen estar presentes en las olvidadizas campañas publicitarias gastronómicas de la Junta de Andalucía, sino también ser dignificados con el cuidado merecido en una mano y el cumplimiento de la ley en la otra.

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