Defensor acérrimo de la lectura, su vida profesional siempre ha estado ligada a la Cultura. Es editor, creativo y escritor, y durante dos décadas ha ejercido la docencia, habiéndose convertido hoy en uno de los jienenses más involucrados en el fomento de la lectura como reto fundamental para la calidad de la Educación, la Cultura y el desarrollo integral de los territorios en la Sociedad de la Información y el Aprendizaje.
Pedro Molino (Mancha Real, 1954) ha desarrollado una amplia labor en los ámbitos educativo, cultural y social. Siempre ha elogiado la lectura y la defiende como “una necesidad social”, garantizando que “una sociedad que lee es mejor, valora más la Cultura y la Educación”.
Al jubilarse como maestro, apostó por la creatividad y es consejero delegado de la editorial Líberman, con la que abre nuevos espacios a la Cultura y a los creadores desde Jaén y Andalucía. Como editor comenzó con Esteban Ramírez a finales de los setenta y hasta hoy ha participado en más de quinientas publicaciones como diseñador gráfico y editor. “Una editorial es una fuente de creación social.
El editor es el que le da forma a la mejor versión posible de un libro. Busco una buena trama y que el autor diga algo que no se haya dicho. Editar es una pasión que va unida a mi amor por los libros”, reconoce. Un amor que se remonta a su infancia, con el recuerdo de su padre, al que dedicó ‘El secreto de las constelaciones’, un relato escrito por Molino en homenaje a un hombre que “se hizo culto sin poder estudiar, por su empeño de leer”.
Pero no ha sido el único libro que lleva su rúbrica como escritor. Entre otros, ha publicado ‘Hijos del estrecho’ y en la Feria del Libro de la ciudad presentará el cuento ‘Lino, el cartero de Isla Margarita’ (finalista del Premio de Teatro Infantil ‘Barahona de Soto’ con la obra ‘El cartero de Isla Margarita’).
Para Pedro Molino los libros son como semillas que van construyendo el conocimiento. “La realidad es muy compleja y necesita de la visión complementaria que da la Literatura, la Ciencia y la Historia. Leer nos ayuda a mejorar la sociedad”, apunta. Y la de Jaén lo necesita, pues recuerda que la tasa de analfabetismo aún está por encima del 19%. “Jaén es una de las provincias que menos lee. La solución pasa por estrategias especiales para que los escolares lean más. Se están haciendo planes lectores en las escuelas, pero son insuficientes”, lamenta.
Y lo dice quien fue maestro original de la escuela rural e impulsor del Plan de Escuelas Rurales, quien redactó y dinamizó el ‘Plan Integral para el fomento de la lectura y la comprensión lectora de Alcalá de Guadaíra’ y quien hoy es tutor de la Universidad de Padres on line que promueve el filósofo José Antonio Marina.
Pedro Molino mantiene que la “lectura no es cosa del pasado y no está reñida con las nuevas tecnologías”. Desde 2012 impulsa la campaña de marketing social ‘Leer distingue’. “Los innovadores de la Tecnología más actual han leído mucho”, recuerda.
El del libro es para Molino “un mundo de libertad, de ideas y de diálogo” y éste último es el que hace falta en esta ciudad. “Jaén tiene gente muy noble que necesitaría escucharse más o leerse más. La solución pasa por el diálogo honesto y por agradecer lo que aporta cada uno. Jaén tiene que valorar que uno de sus potenciales de desarrollo es la Cultura y la Educación y no perder a su gente cualificada”, dice.
Si Jaén quiere cambiar y mejorar su base social, necesita leer más. “Jaén cuenta con muchos creadores, pero les falta base social para la Cultura”, asegura. Que se hayan perdido dos librerías en la ciudad, que las ventas de libros sean bajas y que cueste tanto que la Feria del Libro tenga éxito indica que “se ha perdido la sensación de que leer es importante y Jaén tiene que revitalizar la importancia de leer”, espeta. Como editor se siente “mitad poeta y mitad empresario” y un “incomprendido”.
Confirma que el de la editorial es un sector profesional “ignorado”. A sus amigos libreros les pide más apoyo, a la sociedad que conozca el trabajo del editor y a los escritores más confianza. “Hay buenos escritores. Tienen que vencer la desconfianza hacia el mundo editorial y ser más humildes”, termina.
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