El misterio sigue rodeando al matrimonio compuesto por Joshua Boyle y Caitlan Coleman, que tras pasar cinco años secuestrados por los talibanes en Afganistán junto con sus tres hijos, acaba de regresar a Canadá tras su liberación en Pakistán.
Antes de su desaparición en las montañas de Afganistán junto con Coleman, Boyle era un personaje casi desconocido para el público canadiense. Casi, porque este hijo de un juez de un tribunal de Ottawa, estuvo vinculado brevemente a una de las familias del país que más ha sido relacionada con Al Qaeda.
Boyle, de 30 años de edad, se casó en 2009 con Zaynab Khadr, la hija mayor de Ahmed Khadr, un ciudadano canadiense de origen egipcio que fue acusado por las autoridades canadienses y estadounidenses de estar estrechamente vinculado con Osama bin Laden y Al Qaeda.
Ahmed Khadr murió en octubre de 2003 en Pakistán en un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad del país.
Pero la muerte del patriarca de la familia no supuso la desaparición del apellido Khadr de los medios de comunicación del país o del radar de los servicios de seguridad canadienses.
El segundo hijo de Ahmed Khadr y Maha el-Samnah, Abudllah Khadr, fue detenido en 2005 por las autoridades canadienses que le mantuvieron en prisión durante cinco años mientras se decidía su extradición a Estados Unidos.
Omar Khadr, el quinto hijo del matrimonio, fue capturado en 2002 en Afganistán, cuando tenía 15 años, por soldados estadounidenses durante una batalla con los talibanes y pasó 10 años, hasta 2012, en la prisión de Guantánamo (Cuba) hasta que Ottawa se vio obligada a aceptar su extradición.
En una entrevista al periódico canadiense "The Globe and Mail" en 2009, Boyle reconoció que estaba obsesionado con todo lo que estuviese relacionado con el terrorismo islámico hasta el punto de que se pasaba horas y horas leyendo en Internet sobre el tema.
Fue precisamente esa obsesión lo que le llevó a interesarse por la causa de Omar Khadr y conocer a otros de los integrantes del clan Khadr que ya entonces era denigrado en Canadá. En enero de 2009, Boyle se convirtió en el tercer marido de Zaynab tras conocerla primero en Internet y ofrecerla su apoyo.
Un amigo de Boyle en la universidad, Alex Edwards, describió el interés del joven por los Khadr por su carácter "justiciero".
"Estaba este chico canadiense (Omar Khadr), encarcelado en una prisión ilegal estadounidense y todo el mundo en Canadá estaba denigrando a la familia Khadr, así que Joshua decidió dedicar varios años de su vida a ese muchacho inocente", declaró Edwsards al periódico "The Ottawa Citizen".
El matrimonio de Boyle con la hija mayor del clan Khadr fue breve. En 2010 se divorciaron y para 2011 el joven canadiense ya se había casado con Caitlan Coleman, una joven estadounidense a la que también conoció a través de internet gracias a su interés por las películas de "La guerra de las Galaxias".
Y en 2012, con Caitlan embarazada, el joven matrimonio decidió viajar a Asia Central. La pareja había estado viajando el año anterior por Latinoamérica y querían continuar esa experiencia en uno de los países más peligrosos del mundo, Afganistán.
Las decisiones tomadas por Joshua Boyle y Caitlan Coleman en 2012 son un misterio para amigos y familiares.
Nadie sabe, o nadie reconoce saber, por qué el matrimonio decidió aventurarse en Afganistán.
Edwards escribió hace unos días en su blog que "lo que está menos claro es por qué pensaron que era una buena idea" viajar a Afganistán y hacerlo sin protección.
"Puede haber sido simplemente ingenuidad, pero yo, y otros muchos, siempre hemos conocido a Joshua como un hombre extraordinariamente astuto y espabilado. Quizás se confío. Quizás fue inmaduro. Quizá esta vez Joshua mordió más de lo que podía masticar", dijo Edwards.
El misterio sobre Boyle es tal que sus amigos ni siquiera saben si en algún momento se convirtió al Islám, aunque algunos lo sospechan. Tampoco los padres de Boyle, que son descritos como cristianos fundamentalistas, lo han dicho.
La pregunta de por qué Boyle y Coleman acabaron en Afganistán, dónde fueron capturados por un grupo afiliado con los talibán, sigue atormentando hoy en día a los padres de la joven estadounidense.
En una entrevista con la cadena de televisión estadounidense ABC, Jim Coleman, el padre de Caitlan, declaró que "llevarse a nuestra hija embarazada a un lugar muy peligroso, para mí, dado la persona que soy, es desaprensivo".
Mientras, al llegar en la noche del viernes a Toronto con su esposa y sus tres hijos, Boyle leyó un comunicado en el que afirmó que estaban en Afganistán para ayudar a la población afgana y que la culpa de su horrorosa experiencia es la "estupidez y maldad de la red Haqqani (el grupo que les capturó)".
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