Tras veintiséis temporadas en la Segunda División B, con algunos ascensos a la categoría de plata, el Real Jaén consumó su descenso a la Tercera División del fútbol español el pasado domingo ante el Extremadura. De los treinta y seis partidos disputados, los blancos solo consiguieron siete victorias en esta temporada, una resultado que, junto a la profunda crisis económica que atraviesa el club desde que bajara de la Segunda B, ha dado al traste con la ilusión de la afición, del propio club y sobre todo, de una buena cantera que ha demostrado su valía durante toda la temporada, pero especialmente en los últimos partidos. El llanto y la tristeza se apoderaron el pasado domingo del estadio de ‘La Victoria, en una muerte anunciada y esperada por muchos, pero no menos trágica para todos. Ahora solo queda hablar de futuro. El nuevo presidente ha reconocido que no está dispuesto a que desaparezca el club, pero la elevada deuda, de casi dos millones y medio de euros, y el dinero que aún se le debe a los jugadores, es un pesado lastre para cualquier club de Tercera División. Habrá que esperar a ver cómo se desarrollan los acontecimientos en los próximos días y si finalmente el Real Jaén sobrevive sin perder su nombre.
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