El buen tiempo y la devoción cofrade se dieron la mano para hacer de la Semana Santa de este año “la mejor de todos los tiempos”, según destacó este lunes el alcalde, Francisco de la Torre. Málaga superó todas las expectativas y previsiones iniciales al registrar una ocupación hotelera media de más del 93% desde el Viernes de Dolores hasta el Domingo de Resurrección, la más alta alcanzada hasta el momento y dos puntos más que en 2015 (cuando también cayó por estas fechas).
Así, entre el Viernes de Dolores al Miércoles Santo se superó el 87%, seis puntos más que en el mismo periodo del año anterior, mientras que de Jueves Santo a Domingo de Resurrección se registró una media de 97,5%, dos puntos más que en 2016, y la mayoría de establecimientos del centro colgaron el cartel de lleno absoluto.
En total, se estima que se han alcanzado casi 70.000 pernoctaciones estos días, casi un 4,5% más que en 2016, debido especialmente a las reservas de última hora y el crecimiento de contrataciones online. Una mayor ocupación en hoteles que también se tradujo en más días de estancia. La estancia media se situó en 4,9 días, prácticamente el doble de lo que la capital registra habitualmente y desde el gremio de hosteleros y restauradores notaron cajas más llenas que el pasado año, estimando el crecimiento en más del 8%.
“Ustedes lo han visto en las calles, mucha gente, mucha animación, una Semana Santa espléndida, con gran esfuerzo cofrade”, destacó De la Torre, que recordó cómo Málaga ha batido récord de ocupación, con más plazas hoteleras, tras la apertura del Gran Hotel Miramar.
Una semana en la que también la presencia de cruceristas ha sido la nota llamativa, hasta 15 barcos de crucero con más de 35.000 pasajeros llegaron a la ciudad, un 382% más, destacando el Miércoles Santo, con la llegada de tres buques con capacidad para 11 mil personas.
“Debemos aprender a reaccionar con calma”
Todavía en la retina, especialmente para los que lo vivieron, la estampida sufrida de madrugada durante la procesión de Nuestro Padre Jesús Cautivo en el Lunes Santo. Una pelea entre dos jóvenes originó la avalancha de cientos de personas y dejó dos heridos leves. Fue la nota negativa de una semana brillante que se repitió unos días después en la capital hispalense. Una semana después, el alcalde, Francisco de la Torre, insiste en exigir que las sillas se pongan “solo en las horas de tránsito de las procesiones, no antes ni después” para dejar “unos pasos de permeabilidad”.
Además, el regidor popular apostó por avanzar en la “educación cívica, en la educación en general, en la educación con mayúsculas” para que los vecinos sepan reaccionar “con normalidad” ante estas situaciones, “con serenidad y calma”.
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