La denuncia, que ha sido presentada ante el juzgado de Guardia y las delegaciones de Igualdad y Bienestar Social y Educación, se produce a raíz de la carta que una profesora remitió a la Asociación de Madres y Padres (AMPA) del centro en la que detallaba que este tipo de alumnos no "merecen" ser sometidos a aislamiento sensorial, según informó ayer la prensa local.
Aunque los padres detallan en su denuncia que la sala tiene unas dimensiones de dos por dos metros, está cubierta de corcho y tiene una colchoneta en el suelo, la delegada de Educación, Ana Gámez, señaló a Efe que se trata de una "habitación ventilada, con luz natural, dos paredes de madera y otras dos pintadas en colores cálidos y varias colchonetas".
Gámez explicó que el uso de esta sala de relajación, que los padres y la profesora han calificado de zulo, está aprobado por el Consejo Escolar del centro y forma parte del programa educativo del mismo para la normalización de conductas agresivas de algunos de sus alumnos, al igual que existe otra dedicada a la estimulación.
Asimismo, detalló que el martes se celebró un Consejo Escolar en el centro en el transcurso del cual se invitó a los padres a que visitaran personalmente esta sala, ya que en su denuncia aseguraban no haberla visto nunca ni tener constancia de su existencia.
"Estamos recabando toda la información sobre el caso, entre ellas, el informe de la médica del colegio, en el que se niega que esta sala sea un zulo", dijo la delegada de Educación, quien lamentó que la denuncia trate de "sembrar dudas" sobre el trabajo de un centro que lleva 25 años abierto y que es el único con alumnado específico de educación especial que existe en Granada.
Gámez confió en que en los próximos días cuenten ya con toda la documentación necesaria para valorar lo sucedido, aunque según dijo, "todos los indicios" apuntan a que la sala no se trata de un zulo y que su uso se ha encuadrado en el programa educativo de este colegio público.
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