Escribo estas líneas con el magnífico buen sabor de boca que me ha dejado ayer la ópera. Cuando se disfruta en la ópera, el buen cuerpo que te queda te hace ver la vida con más alegría. La función de L’Elisir d’amore en el Maestranza fue magnífica en su escenografía, con esa ambientación inspirada en la serie El Circo de Botero que consigue un efecto colorista y alegre que se adapta a la obra de maravilla. Y especialmente para mí fue suprema la actuación del novel tenor Joshua Guerrero, del que sin duda oiremos cosas importantes en el futuro. Animo a todos a verla y especialmente a aquellos que quieran acercarse a la ópera por primera vez.
Pero la realidad es dura y en poco tiempo se llena de complicaciones. Lástima que ese elixir que acaba curándolo todo no se pueda aplicar a muchas cosas. Como a la situación en Venezuela, que resulta catastrófica y que desde luego no confío en que arregle el Sr. Zapatero. Leía el domingo un magnífico artículo de Moisés Naím y Francisco Toro que explicaba el desmoronamiento de su país y que la escasez, la delincuencia o la hambruna son escenas cotidianas en un Estado fallido. Más del 70% del país vive en la pobreza, la gente ha de permanecer encerrada en sus casas por la ola de crímenes que padecen, para comprar algo hay que estar 4 o 5 horas de cola, los enfermos crónicos y los recién nacidos mueren por falta de medicamentos. El FMI prevé que los precios suban un 720% este año y un 2.200% en 2017. Desde luego enseguida se nos viene a la mente la colaboración que algunos nuevos políticos nuestros han tenido con esos esos gobiernos y nos echamos a temblar. Tengo que decir que para mí no es una buena noticia esa alianza de IU con Podemos, porque creo que significa casi comerse a un partido que ha sido fundamental para la democracia en nuestro país y en el que hay muchos políticos de muy alto nivel que desde su posición de izquierda tienen una visión de gobierno que espero no desparezca en esa para mí menos fiable nueva casta de quienes parecen estar iluminados por encima de todo y cuyas representaciones en la realidad son desastrosasen muchos casos, como en todo lo que se parezca a Venezuela. O en esa aparición de Otegui en Barcelona auspiciado por su Alcaldesa en un apoyo aberrante a quien ha defendido algo tan siniestro, bárbaro y asesino para España como la ETA.
Espero sinceramente equivocarme, y en todo caso que de las elecciones resulte lo mejor para este país nuestro tan necesitadode avanzar decisivamente hacia un futuro mejor, porque desde luego no cabe confiar en elixir mágico alguno que lo arregle todo.
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